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¿Qué precauciones tomar con mis hijos si me divorcio?

La separación de los padres puede ser un proceso difícil para los hijos, por eso aquí entregamos algunos consejos para enfrentarlo.

Sostener un matrimonio conlleva dificultades; muchas parejas toman la decisión de divorciarse, pues la situación se torna insuperable, en esas ocasiones en las que el divorcio es la mejor alternativa se debe pensar en los vínculos con los hijos y en cómo van a afrontar, junto a ellos, este proceso de separación familiar.

Proteger a los hijos, tras la separación de los padres, puede ser una tarea muy complicada. Sin embargo, resulta pertinente entender y atender a la situación desde un principio, la peor decisión es evitar hablar del tema, y no pensar en buscar soluciones externas a este importante cambio en la vida del adolescente.

El Divorcio

Foto: Lun

Divorcio de los padres en hijos adolescentes

Si bien es cierto, cada adolescente difiere de los demás, de acuerdo a sus propias subjetividades, modelos culturales y familiares; no es menos cierto que los cambios generan en todos una alteración de su cotidianidad, que si la sumamos a los cambios propios de la etapa de vida, pueden generar un desequilibrio en sus sentimientos y comportamientos.

El nivel de entendimiento de cada adolescente, el momento puntual por el que atraviesa cuando llega la separación, los vínculos que tenga con cada uno de sus progenitores y cuan afianzado se sienta en un grupo de pares son algunos de los factores que influyen  en las diferentes reacciones que tengan frente a la noticia.

Reacciones diversas

Sufrir depresión, o vivir un estado de ansiedad, tener problemas en la escuela, debilitar sus habilidades sociales en comparación con otros jóvenes, son algunas de las dificultades que podrían aparecer en caso de no ayudar y acompañar a los hijos en el proceso de divorcio.

Existen algunos estudios, como el realizado por expertos de la University College Dublin, quienes revelaron que los efectos del divorcio pueden ser incluso más dañinos para los hijos que la muerte de uno de los progenitores. Dicha investigación asegura que la sensación de pérdida respecto a uno de los progenitores y al orden familiar al que estaban acostumbrados puede ser más difícil y doloroso que asumir la muerte de uno de ellos.

Si bien, este estudio no deja de tener razón al mencionar a la sensación de pérdida como la principal dificultad del proceso, compararlo con la muerte suena, por lo menos, tajante.

En una sociedad en la que debido a las contingencias de la vida afianzadas en una base legal y cultural que permiten a los adultos elegir o no por el divorcio como alternativa a sus problemas de pareja, se hace necesario empezar a comprender esta realidad. Más que culpabilizar a las parejas que fracasan juntas, sostener una red de apoyo para todos los miembros de esa familia.

Tipos de ayuda

Hablar de divorcio con hijos adolecentes es posible, los adolescentes pueden escuchar y entender que la relación de pareja de sus padres ha concluido. En este sentido, el dialogo se torna fundamental, a diferencia de lo que ocurre cuando el matrimonio tiene hijos más pequeños.

Desde esa perspectiva, un primer paso es comunicar la decisión a los hijos, teniendo respeto por su condición de sujetos que habitan en ese hogar. No es apropiado entrar en detalles del conflicto, y preferentemente deben tratar de hacerlo ambos padres en conjunto, de esta forma se evita entrar en juicios de valor con respecto al otro progenitor.

Los hijos no deben ser involucrados en el conflicto, los adultos a pesar de la dificultad del momento, no deben olvidar quienes son los adultos. De esta manera, ningún padre debería buscar contención y descarga emocional en sus hijos, para eso existen profesionales o pares con quienes expresar sus rabias, miedos, angustias…

¡La ayuda profesional nunca está demás! El apoyo psicológico por parte de un sujeto externo al entramado familiar permite que los hijos transiten sus propios sentimientos y aprensiones frente al divorcio de sus padres. En el marco de una terapia, los adolescentes podrán descargar sus emociones y de esta manera ir transitando lo mejor posible el duelo que implica la pérdida de algo.

Frente al rendimiento en el ámbito escolar la paciencia es un punto central. Comunicar a los profesores la situación familiar por la que atraviesa el estudiante permite que los educadores manejen la situación de mejor forma. Es muy común que las crisis afecten el rendimiento escolar, por ello es importante comprender y ayudar: buscar algún conocido o profesor que refuerce los conocimientos es una decisión más inteligente y sensata que castigarlos por bajar las notas.

En el caso de que la separación implique un cambio de casa, de colegio o que se deba decidir judicialmente la tutela de los hijos, el apoyo profesional se hace necesario. La suma de todos esos cambios si no es atendida a tiempo, puede ser la causa de un desorden mayor, de una enfermedad o de un trastorno posterior; consultar a un profesional puede hacer la diferencia en el futuro de los hijos.

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