Si antes el aumento del uso de teléfonos celulares entre los jóvenes crecía a pasos agigantados, con la pandemia esto se multiplicó.

Los grupos de Whatsapp, las nuevas aplicaciones como TikTok, ver lo que publicó algunos de los integrantes del grupo de amigos o el influencer de moda tiene a nuestros adolescentes sumidos en las pantallas móviles la mayor parte del día y la noche.

Lo más perjudicial es utilizarlo antes de cerrar los ojos para dormir, o aun peor, utilizarlos con la luz apagada.

El servicio de Neumología del hospital Mancha Centro de Alcazar quiso validar este planteamiento mediante un estudio de la “Influencia de las nuevas tecnologías en los hábitos de sueño de la población adolescente”.

Los resultados fueron claros: Es alarmante los nocivos efectos que tiene las nuevas tecnologías cuando son utilizadas en exceso por nuestros adolescentes, y el confinamiento aumenta estos peligros por las restricciones de movilidad, el toque de queda y la serie de medidas que si bien nos protegen de una pandemia, nos acercan a otra.

La principal causa por la cual la utilización de los aparatos móviles es nocivo para el desarrollo del sueño y descanso de adolescentes, e incluso adultos, es la luz azul que desprende.

El exceso de exposición a esa luz nocturna genera alteraciones en el reloj del cerebro y la producción de melatonina natural de nuestro cuerpo.

La melatonina es la hormona del sueño, y sin ella es común que desarrollemos insomnio o despertares nocturnos. Esto se traduce en tener adolescentes cansados y fatigados por las mañanas con falta de concentración para las clases online o sus actividades habituales.

Como si esto fuera poco, la exposición durante las noches y en exceso a la luz azul de los teléfonos y tabletas móviles aumenta el riesgo de padecer obesidad, diabetes y enfermedades cardiacas.

En cuanto al porcentaje de jóvenes que realizan esta rutina antes de dormir, un reciente estudio español del Servicio de Neumología del Hopital Manchego arrojó como resultado que un 80% de los jóvenes consulta el teléfono móvil antes de acostarse, siendo en mayor medida las adolescentes que en los varones en cuanto a porcentaje de género.

Sin duda, muchos padres manifestarán que esto es una guerra eterna con sus hijos o que es difícil de controlar durante el confinamiento, ya que los jóvenes no pueden hacer su vida normal y visitar amigos.

Por esto, una buena medida es explicarles a los adolescentes los riesgos y consecuencias de este uso excesivo de los celulares y la consiguiente exposición a la luz azul. Poner el tema de conversación seguramente tendrá una mejor recepción que una orden que deban acatar sin entender el por qué.

Ayudemos a nuestros jóvenes a adquirir rutinas de sueño más saludables dando el ejemplo yéndonos a dormir dejando las pantallas lejos de nuestra vista al acostarnos, mostrando también una forma de autocuidado hacia nosotros mismos.