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Honrar las estaciones: ¡Bienvenido Invierno!

El invierno nos instala con más fuerza que otras estaciones en lo cotidiano, en el encanto de la sencillez.

Me dice mi amigo periodista de la radio Bio Bio, que tendremos que posponer el café de esta tarde, pues le avisaron esta mañana que deberán preparar un especial por el tema Primarias… y aunque tenía muchas ganas de verlo, me alegra saber que no tengo que salir de casa en esta fría tarde.

Entonces, me preparo un humeante y perfumado té, y me dispongo a escribir.

Siempre, desde que trabajé de planta en algunas editoriales, hasta ahora, que hago consultorías free lance, consideré que los días más propicios para la actividad literaria, eran días como hoy, rotundamente nublados.

invierno

Hace poco me sorprendió leer en redes sociales, que muchas personas estaban privilegiando en sus vidas el “Nesting“, que traducido al español, quiere decir algo así como “Anidando”. ¡Esta gente descubrió el hilo negro!, pensé. Pues quedarse en el nido es formidable.

El invierno nos instala con más fuerza que otras estaciones en lo cotidiano, en el encanto de la sencillez. Y en lo sagrado, pues el estar en casa invita al silencio, a la introspección, a la contemplación incluso, aún si es lavando los platos.

El invierno es el más quieto de todos los tiempos. Pareciera que todo está yermo, pero debajo de la tierra está bullendo todo lo nuevo, preparándose para un nuevo nacimiento. Aprendemos la paciencia y el sosiego, pues la tierra, en su infinita sabiduría, nos enseña que entre el sembrar y el cosechar, existe un momento precioso que se llama esperar.

El fin de semana recién pasado, oficié una ceremonia de bendición de un nuevo fogón en un mágico lugar en la precordillera de Santiago. Allí, junto a los amigos presentes, dimos la bienvenida a los días con más luz del año, que comienzan a retoñar a partir del solsticio de invierno. Lo que hicimos, fue hacer un paréntesis en el tiempo ordinario, Kronos, para entrar en el Kairós, el tiempo ordinario o significativo, recordando también al Aión, el tiempo cíclico del eterno retorno de las estaciones.

Este es el sentido último de las celebraciones y rituales, vengan de la tradición que vengan, hacer un alto y abrir un portal, traer el perfume de lo sagrado a lo cotidiano. Hacer consciente que todo es espíritu, y que todos somos parte del Gran Espíritu.

¡Bienvenido Invierno!

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