El creador del icónico “Smiley”, el logo de la carita sonriente, recibió un inaudito pago por su diseño
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- Héctor Fuentes
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En 1963 el diseñador gráfico Harvey Ross Ball (1921-2001) -un hombre nativo de Worcester, Massachusetts, que había estudiado Bellas Artes en su ciudad natal-, fue contratado por la compañía de seguros State Mutual Life Assurance Company para crear un ícono que levantara la moral de sus empleados. Ball dibujó una carita sonriente amarilla y negra con una amplia sonrisa con hoyuelos, recibiendo una paga de $45 dólares por 10 minutos de trabajo.
“Hice un círculo con una sonrisa por boca en papel amarillo, porque estaba soleado y brillante”, diría más tarde el diseñador.
La empresa de seguros colocó el diseño simple creado por Ball en carteles y botones para los empleados, y fue un éxito instantáneo, pero el dibujo no se quedó solo en la oficina, aunque ni Ball ni la compañía de seguros registraron el logotipo como marca.
El dibujo ganaría una enorme popularidad a principios de la década de 1970 gracias a dos hermanos de Filadelfia, Murray y Bernard Spain, quienes, al no estar asociados con ninguna empresa, lo aprovecharon en una campaña para vender artículos novedosos, comercializando botones, tazones de café, camisetas, pegatinas de parachoques y muchos otros artículos decorados con el símbolo de la carita sonriente y la leyenda “Que tengas un buen día” (“Have a nice day”), ideada por Murray.
Para 1971 ya se habían vendido más de 50 millones de botones con las caritas sonrientes de “Smiley”, cuyo simple y alegre diseño ha sido descrito como un ícono internacional en todo Estados Unidos. En la actualidad, la compañía “Smiley” genera cientos de millones de dólares en ingresos al año cobrando a marcas como Zara y Fendi una tarifa para poner la sonrisa reconocible en ropa y otros productos.

El diseñador gráfico Harvey Ross Ball, como ya se mencionó, sólo cobró un modesto pago de $45 dólares por su genial creación, lo que equivale a unos $375 dólares en la actualidad, aunque parece que ello jamás le causó ningún tipo de problema. “Nunca me molestó. Pensé que si hago que el mundo sea un poco más feliz, está bien”, dijo una vez el diseñador.
Charls, el hijo de Harvey Ross Ball, aseguró que su padre nunca se arrepintió de no haber registrado los derechos de autor por haber creado a la carita sonriente de “Smiley”. “Mi padre no era era un tipo motivado por el dinero; solía decir: ‘Oye, sólo puedo comer un bistec a la vez, conducir un automóvil a la vez’ “.
Para corroborar esta actitud desinteresada, Harvey Ross Ball fundaría en 1999 la World Smile Foundation, una fundación benéfica sin fines de lucro que apoya las causas de los niños y que organiza el Día Mundial de la Sonrisa, que tiene lugar el primer viernes de octubre de cada año, día dedicado al “buen ánimo y las buenas obras”. El eslogan de ese día es “Haz un acto de bondad: ayuda a una persona a sonreír”.
Harvey Ross Ball, el creador del ícono de “Smiley”, fallecería el 12 de abril de 2001 a los 79 años de edad como consecuencia de una insuficiencia hepática tras sufrir una breve enfermedad. Su tumba en el cementerio de Worcester, Massachusetts, tiene inscrita en la lápida su apellido y la carita sonriente con la que pasó a la historia.
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