El Régimen del general Francisco Franco mantuvo relaciones cordiales con la Alemania Nazi de Adolf Hitler y la Italia fascista de Benito Mussolini no sólo como consecuencia de sus afinidades ideológicas sino que también por la inestimable ayuda militar que los gobiernos de Berlín y Roma prestaron al Ejército Nacional durante la Guerra Civil Española, fratricida conflicto que dejó en la península ibérica más de medio millón de muertos.

Adolf Hitler y Francisco Franco durante su histórica entrevista celebrada en Hendaya, el 23 de octubre de 1940.

Meses antes de que Franco desestimara definitivamente la posibilidad de que España entrara en la Segunda Guerra Mundial, los gestos de amistad del Canciller del Reich al caudillo español fueron bastante evidentes. Así lo atestiguó, al menos, la entrega de un flamante Mercedes 540 G4 W131, uno de los vehículos más exclusivos de la época, que Hitler le regaló a Franco a principios de 1940 con motivo de su cumpleaños.

El Mercedes 540 G4 W131 era una curiosa limusina todo terreno de tres ejes y seis enormes ruedas, con un motor de 8 cilindros en línea de 115 caballos de potencia que le permitía mover sus 3.550 kg de peso a una velocidad máxima de 67 kilómetros por hora, aunque en estricto rigor no era un todoterreno puro, pues sus cuatro ruedas traseras impulsaban al coche, pero su eje delantero no era motriz.

De todos modos, el vehículo, pintado con el característico color gris de la Wehrmacht, estaba dotado de una caja de cambios con reductora, ejes rígidos traseros, neumáticos todoterreno, un equipo de frenado hidráulico y una servo-asistencia en los tres ejes del vehículo. Es decir, era una auténtica maravilla tecnológica para la época.

El Mercedes 540 G4 W131 desembarcaría en España por el puerto de Barcelona el 16 de enero de 1940, llegando por sus propios medios a Madrid. Allí, en una ceremonia oficial celebrada el 24 de enero de 1940, el embajador alemán le hizo entrega de su regalo al general Franco en el Palacio Real. El vehículo iba equipado con un juego de cadenas hechas a medida y seis maletas firmadas por Karl Baisch. Poco tiempo después de su entrega, el 15 de febrero de ese mismo año, el Caudillo estrenaría el vehículo de forma oficial con motivo de una visita a Ciudad Real.

Sin embargo, el general Francisco Franco, quien no sentía una especial fascinación por los vehículos a motor, no se sintió demasiado impresionado con el valioso regalo que le había hecho el Führer. En unas pruebas por el Monte del Pardo, una zona boscosa situada al norte del municipio español de Madrid, el 540 G4 W131 no demostró su capacidad todoterreno, teniendo que ser remolcado. Más tarde, sólo sería usado de forma ocasional en alguna cacería de corte oficial.

Roca Maseda, autor de “El automóvil en la historia de España”, explica que “se trató de un regalo personal del Führer Adolf Hitler a Francisco Franco. Obviamente fue un regalo interesado para tratar de inducir a España a entrar en la Segunda Guerra Mundial. El vehículo fue encargado por el Tercer Reich en diciembre de 1939 y llegó a Barcelona el 16 de enero de 1940. Sin embargo, el posterior desenlace de la guerra hizo poco recomendable su utilización, lo que explica el extraordinario estado de conservación de la unidad, numerada 313.691 y aún pintada con el color gris Werhmacht. Hoy, sólo existen unas pocas unidades de 540 G4 en todo el mundo, siendo la unidad española la que se mantiene en mejores condiciones. Se trata, sin duda, del coche más raro en poder de Patrimonio Nacional”.

Maseda agrega que el Mercedes G 540 fue una variante del 500 G4 (de “Gelandewagen” o “Todoterreno” en alemán), uno de los coches emblemáticos de la Alemania nazi. De aquel se fabricaron 57 unidades, que fueron ampliamente utilizadas durante la guerra por los jerarcas del Partido Nacionalsocialista alemán, mientras que del 540 W131 únicamente se construyeron tres: uno para el propio Hitler, otro para Mussolini, y otro para Franco.

Después de la muerte del gobernante hispano, el Mercedes todo terreno 540 G4 W131, avaluado en unos 25 millones de euros, pasaría a poder de sus herederos, quienes, renunciando a sus derechos, decidieron donarlo al Estado español, permaneciendo desde entonces bajo custodia del Patrimonio Nacional, organismo público responsable de los bienes de titularidad del Estado que proceden del legado de la Corona española.

Se cuenta que el Mercedes 540 G4 W131 que le regaló Adolf Hitler a Francisco Franco en enero de 1940 tiene un valor tan incalculable por su rareza y buena conservación que la propia empresa automotriz Mercedes-Benz intentó comprar el vehículo ofreciendo una millonaria suma. Ante la negativa española, la firma puso sobre la mesa un cheque en blanco, pero el Estado español volvió a decir que no.