Isabella Eugénie Boyer nació en 1841 en París y heredó de su padre africano y su madre inglesa una curiosa mezcla de genes, que la convertirían en una joven de singular belleza.

Convertida en una modelo publicitaria desde los 18 años, en un desfile conoció al cincuentón industrial Isaac Singer, fabricante de las reconocidas máquinas de coser, con quien se casó en New York en 1863. Tras 12 años de matrimonio y seis hijos, Singer falleció, convirtiendo a Isabella, a sus 34 años de edad, en la mujer más rica de Francia.

En una reunión palaciega Isabella Boyer, quien se había convertido en duquesa al casarse de nuevo con el Duque de Camposelice, conoció al famoso escultor francés Frederick Bartoldi, que había aceptado un encargo para crear una estatua para que Francia regalara a los Estados Unidos en honor a los 100 años de su independencia.

La idea de este escultor era hacer una escultura gigante representando a una mujer sosteniendo una antorcha en una mano y una placa en la otra, con la fecha de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Se cuenta que al conocer a la Duquesa Isabella Boyer, Bartoldi quedó tan impresionado por su rostro que decidió usarlo como modelo para la cara de su escultura.

El 28 de octubre de 1886, con 10 años de retraso debido a varios imponderables como problemas económicos y la guerra franco-prusiana, la Estatua de la Libertad -llamada originalmente “La Libertad que Ilumina al Mundo”- fue inaugurada en Nueva York en una concurrida y vistosa ceremonia presidida por el entonces presidente estadounidense Grover Cleveland.

Se trataba de una gigantesca escultura de 46.05 metros de altura y 125 toneladas de peso, hecha de cobre, oro, hierro y acero, situada sobre un soporte de 46,94 metros sobre la Isla de Bedloe, rebautizada en 1956 como “la Isla de la Libertad”.

¿Qué sucedió con Isabella Boyer? Tras enviudar de su segundo marido en 1887, en 1891 se emparejó con el coleccionista de arte Paul Sohège, con quien vivió hasta su muerte. Isabella fallecería en 1904, a los 62 años de edad, siendo enterrada en el cementerio Passy de Paris. Por entonces, la Estatua de la Libertad ya era considerada como uno de los íconos más emblemático de los Estados Unidos.