La ejemplar historia de piloto Kamikaze japonés que fue despedido con honores por marinos de EE.UU.

El joven piloto japonés Setsuo Ishino se estrelló contra el USS Missouri el 11 de abril de 1945.

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El 11 de abril de 1945, durante la Batalla de Okinawa, el piloto japonés Setsuo Ishino, de 19 años de edad y miembro del 5º Escuadrón Kenmu del Cuerpo de Ataque Especial Kamikaze, despegó de la base aérea de Kanoya tripulando un caza Zero que llevaba una bomba de 500 libras.
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En la tarde de ese mismo día, el barco norteamericano USS “Missouri”, que se encontraba en la costa de Okinawa, fue atacado por varios pilotos kamikaze. Los cañones y ametralladoras del buque lograron derribar casi a todos los aparatos japoneses, aunque sólo uno de ellos haría contacto con el objetivo: un solitario caza Zero que, volando muy bajo, logró sortear la barrera de fuego de los proyectiles del barco, estrellándose finalmente contra su lado de estribor, causando un pequeño incendio y daños superficiales.

El momento exacto en que un kamikaze japonés está a punto de estrellarse contra la cubierta del USS Missouri.

El momento exacto en que un kamikaze japonés está a punto de estrellarse contra la cubierta del USS Missouri.

Para fortuna de la tripulación del USS Missouri, la bomba de 500 libras que transportaba el Zero japonés no explotó. Tras estrellarse contra el barco, la mitad de los restos del avión de caza cayeron al mar, mientras que la otra mitad quedó en cubierta, incluyendo la parte superior del torso del piloto.

Cuando uno de los oficiales de cubierta llamó al puente de mando y preguntó si debería tirar el torso del piloto kamikaze muerto por la borda, el capitán del USS Missouri, William M. Callaghan, tomó una controvertida decisión: “No, cuando hayamos recuperado todos los restos, llévenlo a la enfermería y le haremos un funeral mañana”. Ello, por descontado, no les cayó bien a muchos miembros de la tripulación, pues el piloto seguía siendo su enemigo y había tratado de matarlos, pero las órdenes del capitán fueron respetadas a rajatabla.

Los restos mortales del piloto kamikaze fueron llevados a la enfermería, donde fueron colocados en una bolsa de lona, mientras tres miembros de la tripulación del Missouri cosían una bandera japonesa improvisada. Entre tanto, otros marinos que habían participado de la búsqueda de los restos, se llevaron varios recuerdos del piloto, como el casco, la bufanda y la chaqueta.
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Al día siguiente, 12 de abril de 1945, se realizó el entierro del piloto nipón en el mar con todos los honores militares. El capellán del USS Missouri presidió el servicio y los seis portadores del féretro arrojaron los restos cubiertos con la bandera japonesa al mar bajo una descarga de fusilería.

El capitán Callaghan, cuyo hermano había muerto en la isla de Guadalcanal luchando contra los japoneses tres años antes, pronunció en la ceremonia unas significativas palabras, diciendo que el piloto había sido “un guerrero que había mostrado coraje y devoción, y que había pagado el último sacrificio con su vida, luchando por su país”. Con ello, daba a entender a sus hombres que entendía muy bien los sentimientos hostiles que sentían por los japoneses, pero manifestó que era necesario mostrar honor y respeto a un valiente guerrero, incluso si era el enemigo.

El piloto kamikaze japonés Setsuo Ishino.

El piloto kamikaze japonés Setsuo Ishino.

Una placa de recuerdo que se colocó tiempo más tarde en la cubierta del USS Missouri recordaría esa insólita jornada, agregando que el piloto kamikaze que se estrelló contra el barco el 11 de abril de 1945 era Setsuo Ishino; el autor japonés Akira Kachi concordó con esa versión, aunque también especuló que podría tratarse de Kenkichi Ishii, otro piloto Kamikaze que murió ese mismo día.

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