El año 2008 el historiador francés Patrick Buisson publicó el libro “1940 – 1945: Années erotiques, de la grande prostituée a la revenche dês mâles” (“1940 – 1945: Años eróticos, de la gran prostituta a la venganza de los machos”), donde abordaba uno de los hechos más oscuros y desconocidos de la historia de Francia durante la Segunda Guerra Mundial: las jóvenes mujeres francesas que se convirtieron en “compañeras sentimentales” y sexuales de soldados y oficiales alemanes durante la ocupación germana del país galo.

Según el libro de Buisson, tras la conquista de Francia, los oficiales y soldados de la Wehrmacht, ataviados en sus inconfundibles y gallardos uniformes grises, disfrutaron de todas las bondades de las noches parisinas -como los concurridos cafés bohemios del Boulevard Saint-Germain de París- como turistas de guerra privilegiados, aunque lo mejor para ellos fue encontrarse con miles de bellas y jóvenes mujeres francesas, encantadoras y elegantes, que parecían no tenerles miedo.

De acuerdo al historiador francés, se estima que durante los cuatro años de la ocupación, cuando la región norte de Francia quedó bajo el poder total de Alemania (incluida la capital, París), unas 100. 000 mujeres francesas se convirtieron en “amantes” de los soldados y oficiales alemanes. Durante este período, además, habrían nacido unos 200. 000 niños bastardos en un desconocido episodio histórico que se conocería como “la colaboración horizontal”.

Buisson relataría que, según su investigación, la simpatía de las mujeres francesas por los soldados alemanes comenzó primero en las elites y capas altas de la sociedad francesa, para luego pasar a los estratos medios y bajos de la misma, llegando incluso a las humildes amas de casa de campo, cuyos esposos estaban en el frente o habían sido hechos prisioneros, aunque hay que recalcar como uno de los factores principales de este último caso la escasez financiera de estas mujeres de clases menos pudientes.

“Durante el periodo de la guerra, entre 500 000 y 1.2 millones de alemanes pasaron por Francia, y fue en las clases populares donde los alemanes tuvieron más éxito en su cortejo. Empleadas de limpieza, sirvientas, enfermeras, cocineras, costureras, maestras, trabajadoras postales, dependientes, colegialas: tiene muchas caras, pero sólo una figura. Ella es la que duerme con el enemigo”, escribió Patrick Buisson en su libro.

El historiador agregó en todo caso que, tras la liberación de Francia por los aliados en agosto de 1944, se produjo la reacción contra la “colaboración horizontal y “la venganza de los machos” galos: unas 20. 000 jóvenes francesas que habían mantenido relaciones sentimentales y sexuales con los ocupantes alemanes fueron humilladas, escupidas y apedreadas; y fueron llamadas “tondues” (“afeitadas”) debido a que les afeitaron la cabeza en una plaza pública.