Terremoto en Japón: la astrología tiene respuestas (2da parte)

El 11 de marzo 2011, a las 14.46 hrs. de Japón pasaban muchas cosas en el cielo que simbolizan la tragedia que hoy reporta miles de víctimas fatales. Pero los astros también muestran un sentido y una oportunidad para toda la humanidad a partir de tanto dolor.

Tres días después del espeluznante terremoto y tsunami en Japón, el gobernador de Tokio Shintaro Ishihara declaraba: “La identidad del pueblo japonés se caracteriza por el egoísmo. Estaría bien hacer buen uso de este tsunami para lavarlo y estoy convencido de que el cataclismo fue un castigo del cielo”… Al día siguiente debió disculparse por sus incómodos dichos. Pero más allá de la polémica, sus palabras tienen algo de sentido.

En la nota anterior hablamos de los aspectos más notorios de la carta del suceso e hicimos un preámbulo con aspectos los planetas lentos: Saturno, Plutón y Urano, que hace rato provocan cambios en el mundo.

Ahora seguiremos con la suma de otros planetas “generacionales” o “transpersonales”, que afectan al colectivo y luego profundizaremos en la carta del 11 de marzo en Sendai.

Foto: EFE

Japón conmueve al mundo y lo despierta, estos son algunos de los sentidos de la tragedia.

El mundo está en pleno cambio

Podríamos hacer varias notas con este título, pero aquí resumiremos el cambio en el que se inserta este doloroso hecho mundial.

A principios de febrero 2011 Quirón entró a Piscis. Este asteroide representa las heridas emocionales y hasta físicas que todos cargamos, la sanación, aquella área donde nos conmovemos pues conocemos el dolor del cual habla. En Piscis, el todo sin fronteras, signo oceánico, sacrificado y compasivo, Quirón nos empujará a sentir el dolor de la humanidad, a empatizar con heridas colectivas como ésta: una gran destrucción y un gran duelo que nos remecen, nos llevan a ponernos en el lugar de los japoneses que, de paso, nos instan a abrir el corazón a la compasión, el amor profundo. Además, Quirón navega de la mano de Neptuno, regente de Piscis y planeta que nos abre a la trascendencia y nos conecta con el inconsciente colectivo.

Por su parte, Saturno en Libra, desde fines del 2009 y hasta avanzado el 2012, tiene en tela de juicio la manera en que nos relacionamos, la cuota de armonía en nuestra vida y el sentido de justicia. Saturno nos enseña con mano dura, con restricciones, con gran aprendizaje, con rupturas, con miedos que se activan ante la sola idea de abandonar algo conocido. Y aquí estamos todos, viviendo una gran incertidumbre, revisión, limpieza y nueva construcción de nuestros vínculos. Japón, se convierte en un ícono que nos hace reflexionar. La idea es que todos maduremos, salgamos más livianos y sabios de este ciclo para comenzar uno nuevo. Aún hay tiempo, recuérdelo y actúe, pues Saturno no tiene tiempo para esperarnos, él obliga.

Antes hablamos de Plutón en Capricornio y su profunda transformación de la Tierra, con todo lo que ella rige: placas, montañas, dinero, recursos naturales, trabajo, economías, ambiciones. Por tanto, Plutón, que recién comienza sus andanzas en este signo, quiere que vivamos estos ámbitos con más pureza, que cambiemos la forma de vivir lo material y eso –ya lo dijimos en las notas de Predicciones 2011- incluye el cuidado al Planeta y las abismales desigualdades económicas que hasta ahora generamos.

A este buen cóctel de cambios se le suma el gran protagonista Urano. Dijimos que el mismo 11 de marzo éste salía de Piscis, las aguas, y entraba a Aries, el fuego, la chispa. Urano le dio un gran coletazo al océano, nos recordó bruscamente –en su estilo- que todos somos uno, que todo nos afecta, ¿O acaso la ola del tsunami no tuvo en alerta a decenas de países?, ¿O es que millones de personas no sentimos miedo y dolor en todo el mundo?

Y al día siguiente entró a Aries, momento en que se activó la alerta nuclear (fuego) por recalentamiento de las centrales. Urano, planeta libertario, vanguardista, visionario, explosivo, nos grita: ¿están seguros que la energía nuclear es sana? ¿Están seguros que la tecnología que desarrollamos nos hace bien? Y se ríe a carcajadas, pues la ironía es lo suyo. Pero esto no es sólo castigo como dijo el gobernador de Tokio, Urano es conocido como el despertador de conciencias; lo sucedido en Japón es una llamada de alerta, es un remezón a nuestra comodidad y a esa soberbia tan humana de creer que porque somos modernos tenemos todo bajo control. No.

Urano nos remece y nos anuncia la llegada de un gran nuevo ciclo, pues Aries como primer signo del zodíaco será un terreno para que todos emprendamos cambios en nuestra vida e identidad, para atrevernos con el arrojo ariano y para que nos liberemos de antiguas rabias, pues este es el signo de la guerra y nada más absurdo ya que combatir. No casualmente en el mismo momento del terremoto en Japón, en Libia estalla un conflicto que a muchos nos parece arcaico e injustificable en su forma y fondo. Al menos en algo la conciencia planetaria ha evolucionado.

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Si seguimos con el análisis diríamos que el ascendente en Leo, signo regido por el Sol (gran ícono Japonés) representa al propio país y su ambiente: una nación orgullosa de serlo, con dignidad, amable y auto-centrada (como cualquier isla). Ese Sol estaba en Piscis (océano), unido a Marte y Urano, dos planetas explosivos. Estos tres, más Mercurio (comunicación) estaban en Casa 8, que rige las muertes, los cambios profundos y las relaciones comerciales extranjeras.

Equipo Astrología y Destino

La carta del 11 de marzo 2011, a las 14.46 hrs., en Sendai, Japón.

La otras tensiones de la carta las pone Plutón en Capricornio desde la Casa 5 (ambientes sociales), en cuadratura con Saturno en Libra en Casa 3 (medios de comunicación, transporte, rutas, discursos oficiales y países vecinos). Cuando estos dos planetas se unen siempre hay un grado de destrucción y ya vimos que fue alto.

Plutón también estaba en cuadratura con Júpiter en Aries, planeta de la expansión, búsqueda, propósito, justicia, confianza, en la Casa 9 (espiritualidad, navegación, ambientes de viaje por agua, mar o tierra). Por tanto, se asoma una auto-transformación poderosa y más profunda, donde el sentido de la vida versus el individualismo (o el éxito frío) sacarán chispas. Este aspecto muestra para todo el planeta algo que ya sucede: se tensan y luego se limpian también los poderes ocultos y lo que está descompuesto (Plutón) con el  propósito  más profundo de la vida, con las injusticias, la riqueza (Júpiter). Este punto está interesante, pues a unos días del desastre, las poderosas mafias niponas (Plutón) en vez de seguir en sus asuntos oscuros, por primera vez ayudaron a las víctimas, transformándose (Plutón otra vez) en una verdadera organización benefactora (Júpiter), de apoyo a su país.

Por su parte la Luna (el pueblo,) en Géminis (información) en la Casa 10 muestra algo característico de la idiosincrasia japonesa: su tema con la reputación, el honor y el éxito, pues la décima casa de la astrología rige estos aspectos. Se sabe que Japón tiene un triste récord de suicidios a nivel mundial por este tema. Y la Luna está en tensión con Neptuno, dios del mar, regente de las emociones e intuiciones profundas y de las pérdidas materiales por descuidos. Éste se encontraba en la séptima casa: lugar de los vínculos más íntimos  y de las relaciones internacionales.

¿Y cómo terminará todo este dolor y destrucción? Esta es quizá la mejor parte de este desastre, pues con la Casa 4 (que muestra los finales) en Escorpión, habrá una regeneración profunda. Plutón, el regente de este signo terminará de limpiar viejas ideas e injusticias paso a paso y de forma sólida. Y, de la mano de Marte, con quien se encuentra en buen aspecto, sacará lo mejor de la fuerza japonesa para tomar la reconstrucción como una batalla, pero esta vez mucho más espiritual, inclusiva, imaginativa y sintonizada con el océano, pues Marte el chico enérgico, con iniciativa y guerrero del horóscopo, también está en Piscis y desde ahí lucha con otras armas. Japón y el mundo, entonces, podemos hacer de esto una cruzada colectiva que no sólo levante la infraestructura de un país, sino también nuestra sensibilidad, ideales, la ayuda a los más débiles y una nueva percepción de la naturaleza.

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