• Marcela Lorca, Ex guía de Autoayuda
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Hablar hoy de trabajo y familia, es entrar en una concepción que no disocia ambos aspectos, sino que busca integrar las tres aristas con que se relaciona el ser humano: sociedad, empresa y familia.

Cambios en la sociedad, como la globalización por ejemplo, que impone un escenario altamente competitivo, han llevado a las personas a dedicar cada vez más tiempo a sus respectivos trabajos, restándolo a su vez de otras áreas, como la familia y el tiempo propio. Y se olvida que estas áreas son claves para para mantener un equilibrio como persona y para desarrollarse integralmente.

El desarrollo de las comunicaciones, si bien en un comienzo se pensó que podrían facilitar las labores de las personas, han convertido a hombres y mujeres en sujetos hiperconectados, accesibles a cualquier hora del día o la noche y en prácticamente cualquier lugar del mundo. Hoy el trabajo no se acaba cuando se sale de la compañía, sino que puede continuar ininterrumpidamente y convertirse en una verdadera pesadilla.

El stress de la vida moderna

La participación creciente de las mujeres en el mundo del trabajo, presenta para ellas y su familia un serio desafío respecto a la crianza y las tareas del hogar. Todavía subsisten aspectos culturales que asocian este rol exclusivamente a ellas, imponiéndose una doble exigencia que no necesariamente es traspasada también a los hombres. La baja en la tasa de natalidad, la reducción del tamaño de las familias, las familias monoparentales y las mujeres jefas de hogar son algunas de las manifestaciones de los cambios que exigen poner atención a este tema. Otras problemáticas sociales, como el aumento en la tasa de divorcios, el alza en enfermedades del ánimo, como depresión y stress por ejemplo, así como el aumento en la tasa de suicidios, obliga a mirar el tema de la conciliación trabajo familia como una poderosa herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas.

¿Existe solución?

Las empresas inteligentes ya saben que los empleados más contentos en su vida privada, traspasan su bienestar a la empresa: son personas con mayor motivación y desempeño, menor tasa de rotación y ausentismo y aumento de la productividad, entre otros.

Los programas de conciliación familia trabajo, apuntan a un voto de confianza en el empleado, a su capacidad de administrar los beneficios con responsabilidad y a la percepción de que es valorado en su integridad como ser humano, en su esfera personal y profesional.

Las nuevas generaciones tienen plena conciencia de esto. No están dispuestas como sus padres, a dar la vida por su compañía, valoran el tiempo propio, el equilibrio entre la vida profesional y personal, las posibilidades de contar con tiempo sabático, el plan de desarrollo de carrera y conciliar trabajo y familia. Hoy esos argumentos son los que convierten a una empresa en algo atractivo para sus empleados y por lo tanto, en una compañía competitiva a largo plazo. Y cada vez más personas lo saben.