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¿Cómo conducir para ahorrar combustible?

La forma de conducir el vehículo, cómo lo aceleramos o frenamos y las revoluciones que le imprimimos inciden directamente en cuánto combustible se gasta. Acá explicamos las técnicas que hay que saber.

Muchos hablan de secretos para ahorrar combustible, pero lo cierto es que podemos conocer mejor nuestro automóvil para aprender un poco más de técnica y ahorro de gasolina.

El automóvil fundamentalmente es como nosotros cuando andamos en bicicleta de montaña (con cambios). Cuando queremos ir de subida y cansarnos menos, ponemos un cambio “liviano” y cuando queremos ir rápido y cansarnos también menos, ponemos un cambio “pesado”.

Ahorro bencina

Foto: automotive.com.mx

Una forma de controlar el consumo de bencina es regulando las revoluciones del auto.

Sucede lo mismo con la caja de cambios del automóvil. Es cierto que a menos revoluciones del motor, menos combustible consume el automóvil,  pero esta teoría está sujeta a las condiciones del camino. Las revoluciones las vemos en el tacómetro, instrumento con una aguja que sigue el compás del acelerador y una revolución es lo mismo que un “pedaleo” de tu bicicleta.

Supongamos una situación real: vamos por un camino recto, que no va en subida ni en bajada, en 4ta marcha a unas 2 mil revoluciones y llegamos a un tramo donde el camino comienza a ponerse cuesta arriba. En consecuencia las revoluciones comienzan a bajar y el motor toma un tono más grave en su sonido, esto quiere decir que se está cansando y necesita más combustible.

Diferente es si cuando notamos esta caída de revoluciones, bajamos de 4ta marcha a 3era marcha y el motor sube de revoluciones, en términos prácticos le estamos alivianando la carga y permite menor esfuerzo. Esto, es lo mismo cuando vamos en bicicleta y empezamos a subir un cerro, ponemos un cambio más liviano y nos esforzamos menos.

Con esta explicación, sostengo la afirmación de que existe un rango ideal del motor para mantener un esfuerzo mínimo en él, así, el sistema optimiza el consumo de combustible. Recordemos que los motores comienzan a desarrollar su “fuerza” a partir de cierto rango y hasta cierto rango de revoluciones, por lo que si manejamos “muy abajo” en las revoluciones, estaremos forzando al motor en un momento en que no tiene la fuerza suficiente y pide más combustible.

Si manejamos pasando los cambios muy rápido, manteniendo el motor entre 1000 y 1800 revoluciones, lo estaremos “ahogando”. Una manera muy fácil de entender cuánto esfuerzo está haciendo el motor es ponerle un poco de atención a su sonido, entre más grave, más esfuerzo a bajas vueltas hace, y entre más agudo y armonioso a un rango de revoluciones normal, más cómodo se siente y menos combustible consume.

Es importante señalar que el concepto de “armonioso” lo relaciono con el silencio… si pasamos ese rango, el motor se hace cada vez más agudo y más ruidoso.  Algunos pensarán que hay que apagar la radio para escuchar el motor siempre, pero basta con hacer el ejercicio una vez y asociar el sonido con el número de revoluciones que marca el tablero.

Generalmente el rango óptimo para conducir va desde las 2000 a las 3000 revoluciones o 2500, dependiendo de la arquitectura y tamaño del motor.

Una manera de afirmar estas teorías, es ponerle atención a los automóviles automáticos, que generalmente dejan que el motor trabaje cerca de las 2000 revoluciones y un poco más cuando necesite más esfuerzo.

Otros puntos en cuenta, ya conocidos, es la presión de neumáticos, la carga interior innecesaria y el estado de los elementos mecánicos del vehículo.

Una técnica poco conocida

Hay una forma poco hablada para ahorrar combustible, y es que cuando comenzamos a frenar para llegar a un semáforo, no debemos “desenganchar” o dejar en neutro el automóvil mientras se frena, ya que cuando se pisa el freno, el computador entra en un modo automático para ayudar al frenado, cortando parcialmente el paso del combustible y “transformando” el motor en algo más parecido a un compresor, proceso llamado en los camiones como “freno de motor”.

Ya casi llegando al semáforo o al punto de detención, se embraga y se deja en neutro. Esta “técnica” te puede hacer ahorrar un porcentaje no despreciable.

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