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Prueba de Manejo, Fiat 500 Abarth: Mucho más que un auto de uso diario

Era imposible imaginarse un “remake” del Fiat 500 sin una versión Abarth. Fiat no tardó mucho en hacer valer sus condiciones.

Desde el “boom” de los clásicos reeditados que el Fiat 500 se propuso como uno de los mejores en el segmento. El 500 original no sólo fue un automóvil práctico y popular, también tuvo éxitos en el ámbito deportivo, todo de la mano del mago Carlo Abarth.

Era imposible imaginarse un “remake” del Fiat 500 sin una versión Abarth. Hoy Fiat es poseedora de los derechos de la marca del escorpión y no tardó mucho en hacer valer sus condiciones, agregándole algo de pimienta a un citycar que había vuelto a las pistas con éxito.

A pesas de que sus cifras de potencia no son sorprendentes, combinadas con un bajo peso prometen una gran cantidad de diversión. 135 caballos en la versión estándar del Abarth 500 mueven unos 930 kilos, convirtiéndose en una relación peso/potencia que supera a otros “hot hatch” con más caballos a su haber.

Es interesante el hecho de que la gran mayoría de las modificaciones estéticas responden a cuestiones técnicas y no sólo a adornos para agregar agresividad; el parachoques delantero aumentó en volumen para agregar el intercooler del motor de 1.4 litros turbo.

Más que un deportivo, el Abarth 500 pretende ser un auto divertido, incluso para ser usado en circuito, pero sus capacidades se orientan más a caminos trabados como los de montaña. Frena con bastante potencia y se mueve con un alto nivel de precisión, por lo que requiere mucha concentración, cualquier movimiento pequeño del volante se transmite de forma inmediata a la estructura. En sí es un auto que exige a su conductor cuando éste se quiere divertir, es muy probable que no sea una experiencia que supere capacidades de un buen piloto, pero sí es para sacar unas cuantas gotas de sudor.

La unidad probada disponía de 200 hp provenientes de un paquete de actualización disponible para el mercado estadounidense y que no está en Europa por cuestiones de normas de emisión, aunque se puede llegar a esos niveles de potencia con versiones como la Abarth Esseesse. Con 200 HP sí cambian mucho las cosas, es más difícil de controlarlo y la diversión se extiende a niveles bastante altos.

Su distancia entre ejes corta y su bajo peso le dan un dinamismo que incluso supera al todopoderoso Mini Cooper que acompañados de los 200 caballos se puede considerar como una bestia un tanto peligrosa. La posición de manejo no es tan brillante como uno puede esperar, es demasiado vertical y eso quita un poco de “feeling” con el estilo deportivo propuesto desde el exterior. Hay un gran diseño de interior, pero no hay cambios notables con respecto al Fiat 500 normal, excepto por la presencia de cuero en asientos y paneles laterales.

Puede llegar a ser un automóvil de uso diario, ya que entrega la potencia de forma gradual, pero en definitiva el Abarth 500 merece más que eso…

Es una alternativa bastante atractiva a automóviles de talla mayor y mayores prestaciones en el papel, su sensación de manejo es bastante directa con el conjunto chasis/motor, por lo que con pocos caballos se puede obtener bastante adrenalina.
Cabe destacar que el Abarth 500 es tanto o más personalizable que el Fiat 500 estándar, agregando opciones gráficas que rememoran la época dorada de la dupla Fiat-Abarth.

Foto: Autovelox Magazine

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Foto: Autovelox Magazine

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