No será ni el primero ni el último caso. Y su decisión puede comprenderse en tantos otros: Bajarse de la cima del mundo a disfrutar de los placeres mundanos. ¿Por qué alguien haría algo así? Porque estos placeres también valen la pena. Así, o algo así, decidió Cameron Díaz.

Fue siete años atrás cuando la estrella rodó su última película, que en realidad fueron tres. Sí. Una celebridad estuvo en tres filmes en el mismo año y fue ese ajetreadísimo 2014 el que la llevó a decidirse: No quería más hacer eso.

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Las tres películas fueron “Annie”, “Sex Tape” y “The other woman”. Y luego basta. Con el final de los estrenos se fueron haciendo también cada vez más esporádicas sus apariciones públicas. No más entrevistas ni alfombras rojas. Los periodistas recordaban con sonrisas su amabilidad habitual; para romper el hielo, Cameron era capaz de soltar una ventosidad delante del invitado.

Tras ese 2014 ocupado, en 2015 un hecho lo cambiaría todo: Cameron se casó con Benjamin Madden tras unos años de noviazgo. La diva buscó la maternidad y así llegó Raddix, en 2019. La apacible y rutinaria vida hogareña había enamorado a la exfemme fatal de “The Mask.”

¿De qué vive Cameron? Los filmes le siguen redituando fortunas. Pero si la pregunta es en qué ocupa su tiempo, Diaz ha montado una empresa de vinos el año pasado. Muy lejos quedan aquellas primeras películas, su cinta erótica, las comedias posteriores. Hoy, a los 49 años, Cameron se halla muy retirada y muy feliz.