Mucho pero mucho se ha hablado de ella. Por alguna razón, sus divinas comedias no siempre fueron el motivo de que su nombre saliera a la luz una y otra vez. Es evidente, Katherine no solo tenía (lo tiene aún) muchísimo talento. También tenía carisma, era hermosa, y tenía eso que está o no está: ángel. El famoso “la cámara la ama”. Los que no la amaban eran los camarógrafos…

Que tenía un carácter dficilísimo. Que era insoportable. Que era mala persona. Todo incomprobable. Se imaginarán que hasta aquí, el sur del planeta, tanto puede haber cambiado la imagen de Katherine si nos dejamos llevar por los rumores que tal vez nada quede de la real realidad, como dicen los chicos. Lo cierto es que, si haces memoria y piensas en cómo es ella, esta real realidad puede sorprenderte.

Katherine Heigl luce muy pero muy distinta a apenas trece años de la maravillosa “La cruda verdad”. Seamos concretos: Shakira, por decir otra mujer que anda allí cerca de Kathe (la colombiana tiene dos años más que ella, 45 contra 43), lucía casi igual que hoy al momento de conocer a Piqué.

Con Katherine no sucede eso. Tras alejarse de la industria (¿tendría que ver aquello del mal genio del que hablaban?), la actriz regresó años pasados con un film de suspenso, “Mio o de nadie” donde sus fans ya torcieron el gesto. Heigl tenía los rasgos distintos y los rumores volaron: se había hecho alguna cirugía, se había rellenado el rostro?

Pero incluso desde ese film ya ha pasado un lustro y Katherine sigue cambiando. En su último posteo los fans también la vieron menos delgada. Katherine no suele publicar sobre ella en sus muros y sorprendió a todos verla horas atrás en Instagram. Llevaba meses sin aparecer de modo público. Su cara, redondeada por efecto de esas añadiduras de la ciencia que parecen “hinchar” a la gente, sigue extraña. Su figura también luce diferente. Por supuesto, todos crecemos y el cuerpo lo hace con nosotros. Pero lo dicho, algunos cambian más y otros menos. Si Kathe sigue a este ritmo de mutación, en pocos años tendrán que decirnos que es ella para reconocerla.