Hace once años Carolina Miranda Olvera daba sus primeros pasos en la industria del entretenimiento. Modelo, actriz y duela de unos ojos imposibles, la mexicana atraviesa ahora su mejor momento, el episodio de su vida donde todo se pone de cabeza y la fama irrumpe sin pedir demasiado permiso.

La responsable de todo esto es “Perfil Falso”, la serie de Netflix que combina un poco de todo: lujos, culebrones de clases altas con ese erotismo propio de los tiempos que corren. Sin desnudos y con un lenguaje bien publicitario, millones de espectadores ya se han enamorado de Carolina, Camila en la ficción.

Como suele ocurrir en esta industria, todo llega de golpe a la vida de la interprete, que ya ha firmado con el canal de Las Estrellas para protagonizar otra tira, a filmarse en breve.

La actriz nació en Irapuato hace ya 32 años. Su relación con la televisión no llegó sino hasta grande, allá por los 20, un dato no tan frecuente entre las protagonistas de las farándulas, que en su mayoría inician su camino de pequeñas. Alta, bien alta (1,73) Carolina tiene un distintivo que surge de inmediato en su primera vista: piel trigueña pero ojos azules.

La actriz debutó en la televisión con apenas dos meses de estudios de actuación encima. Luego de dos tiras, Miranda entró al reality show estelar de TV Azteca, donde no tuvo suerte en la competencia, pero sí en la estela que dejó: su carrera no se detuvo desde entonces y en el futuro ya asoma Tierra de esperanza, donde, más rubia, llevará el rol protagónico.

Bellísima, orgullosa de su nacionalidad, Carolina rompe las barreras y, desde México, ya comienza a recoger fama internacional.