“Gatos Viejos”: retrato a la complicada madurez
- Hernán Lucero, equipo de Cine
- |
- Ver más de cine
“Gatos Viejos” era el retorno esperado de un cineasta que está en la mira real de productores de Hollywood. Tras el éxito alcanzado con “La Nana”, Sebastián Silva tenía la obligación de sorprendernos una vez más con su tercera película, lo había logrado con su ópera prima “La vida me mata” y lo reafirmó con los numerosos reconocimientos alcanzados por el filme liderado por Catalina Saavedra, ganando el gran premio de Sundance 2009 y la nominación al Globo de Oro.

En “Gatos Viejos” Silva, acompañado de Pedro Peirano en la dirección y guión, recurrió a parte del mismo elenco de su primera película, Bélgica Castro, Alejandro Sieveking, Catalina Saavedra y Claudia Celedón para contarnos la historia de Isadora y Enrique, dos ancianos que viven en un departamento frente al cerro Santa Lucía acompañados solo por dos gatos gordos. Isadora ha comenzado a evidenciar síntomas del Alzheimer, pero no quiere que su hija Rosario, quien inesperadamente viene a visitarla en compañía de su novia Beatriz, que se hace llamar “Hugo”, se dé cuenta de esto.
La película “Gatos Viejos” desde su comienzo mantiene una clara tendencia a revivir y tratar de empatizar con los problemas de Isadora. En ese mundo que vive y que comenzará a cambiar sin que ella lo desee, la edad y sus complicaciones llegaron sin que se diera cuenta y debe comenzar a entender qué es lo que está ocurriendo. Notable y una clase magistral la escena de Bélgica Castro frente al espejo, tratando de recordar, de entender, de saber qué está pasando, de mirar quién está ahí y qué es lo que va a ocurrir.
Silva y Peirano ponen hincapié en las individualidades, inmadurez, frustraciones, frialdad y egoísmo que Isadora y Rosario, madre e hija, han acarreado por años y que están a punto de explotar cuando esta última llega con la propuesta de vender el departamento de su madre y buscarles otro nuevo con más comodidades para así crear un nuevo negocio (ha fracasado en otros).
Claudia Celedón es un punto destacable en el reparto de “Gatos Viejos”, saca desde lo más íntimo la rabia y rencor por sentirse apartada y ver que los gatos son más importantes que ella en la vida de la anciana, nubla su mente al pensar que su madre realmente podría estar mal y que la vejez le llegó, pero lo niega por no querer entender la situación que está ocurriendo.
Si bien en un momento la cámara en mano y la falta de música en “Gatos Viejos” comienza a parecer extraño, el fuerte de esta producción está en sus letras, apostando por una fuerte crítica a quienes dificultan la vida de un anciano, las escaleras, los ascensores en mal estado, la lejanía, el abandono y el no empatizar con la idea de que en la vida llega un punto en que los seres humanos necesitan olvidar las complicaciones y comenzar en su ultima etapa a disfrutar y vivir dignamente lo que les queda. La vejez es la “micro que todos vamos a tomar” y pareciera ser que con el pasar del tiempo uno mismo se encarga de construir su propia tumba.
Más sobre Cine
-
Cineasta Nicolás Lopéz fue condenado a cinco años de prisión por abuso sexual
El director fue sentenciado por delitos cometidos en 2015.
-
8 grandes películas que fracasaron en taquilla cuando se estrenaron, pero hoy son clásicos
Estos films fueron un fracaso al llegar a las salas, pero el tiempo les hizo justicia.
-
Selma Blair: Violaciones, adicciones y enfermedades que marcaron su vida
La actriz ha escrito sus memorias, donde revela episodios desconocidos de su pasado.
-
Netflix: 12 excelentes películas de todos los tiempos para no perderse
Un listado de recomendadas con historias imperdibles de todos los géneros.