• Miguel Osorio, ex Guía de Cine
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“Tan fuerte, tan cerca”,cinta dirigida por Stephen Daldry, fue de las últimas en ser estrenadas y logró entrar en la carrera a mejor película de los premios Oscar 2012.

La trama es ficticia, pero ambientada y basada en hechos reales. Thomas Schell (Tom Hanks) es un joyero que con gracia, magia y amor ha estado llevando a su hijo Oskar (Thomas Horn) en un constante viaje y proceso de acercamiento con la sociedad. El joven Oskar Schell tiene el Síndrome de Asperger (no diagnosticado durante la película) y los rasgos autistas asociados lo han llevado transformar su vida en una búsqueda del tesoro. Todo fluye hasta el día en que el dedicado padre fallece en los atentados a las Torres Gemelas del 11 de Septiembre de 2001. Desde ese día tanto Oskar como su madre, Linda Scheel (Sandra Bullock), divagarán y se encontrarán con el hecho que su padre y esposo les dejó algo que servirá para cerrar un triste ciclo de su vida. Daldry nos sumerge -con drama y sin morbo- en la mente del joven Oskar, haciéndonos entender que el amor y la fe ciega en el ser querido tiene fondo y sustento. Los amigos y familia serán piezas claves de un recorrido no exento de frustración ni falsas esperanzas.

En el elenco los nombres rimbombantes son los de Tom Hanks y Sandra Bullock como protagonistas, pero hay que ser justos, el mérito y la pantalla se lo llevan Thomas Horn y Max von Sydow (vecino misterioso del último), nominado a su vez al Oscar a mejor actor de reparto. El elenco es completado por la nominada al Oscar, Viola Davis; el gran John Goodman y un impecable Jeffrey Wright. Por otra parte no es de extrañar la nominación de Stephen Daldry; es cierto, no fue nominado en la lucha por la estatuilla a mejor director, pero estar en el de mejor película del año ya es mérito suficiente. Sus cintas anteriores, “The Reader”, “The Hours” y “Billy Elliot”, también fueron nominadas al Oscar en su minuto, marcando la tendencia a la excelencia en las obras dirigidas por Daldry.

En resumen, “Tan fuerte, tan cerca” (de título original: “Extremely Loud & Incredibly Close”) es de aquellas historias bien armadas, bella y poética, con ausencia de morbo (algo que cada vez se extraña más en las pantallas), un imperdible por esencia.