• Miguel Osorio, ex Guía de Cine
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La historia de amor adolescente entre un vampiro y una humana llegó a su fin. La adaptación cinematográfica de las novelas de Stephenie Meyer marcó a una generación “teenager”, que babeó por Edward (Robert Pattinson) y se desesperó con Bella (Kristen Stewart).

Si aún no ha visto las cintas anteriores, o no ha leído los libros, se recomienda no leer este párrafo: “Amanecer (parte 1)” finaliza con el nacimiento de Renesmee (Mackenzie Foy), hija de Edward y Bella, esta última ahora convertida definitivamente en vampira. Todo bien y feliz (ver video) hasta que Irina (Maggie Grace), del clan Denali, declara ante los Vulturis que Renesmee es “inmortal”, algo prohibido por las leyes vampíricas (?). Estos inician su viaje al pueblo de Forks, la tierra de los Cullen, para ir en caza de la infractora y de toda su familia. Viendo el peligro venir, los Cullen iniciarán una cruzada para armar un pequeño ejército que combata y defienda a la inocente Renesmee (híbrido humano/vampiro), al cual incluso se unirán sus antiguos enemigos licántropos encabezados por Jacob.

“Amanecer (parte 2)” es el fin de una historia de amor adolescente (de fantasía oscura), que atrajo a millones de fanáticos a las salas de cine  y que lamantablemente se vió opacada por sobreexpectativas, malas actuaciones de muchos secundarios, problemas de “timing” en la propuesta del último capítulo, poco suspenso e incluso temas externos a la producción (desliz amoroso de Stewart).

Decir que el cierre de esta saga fue “épico” es un exceso; dividir el final en dos partes fue más a cubrir las exigencias de la autora y las necesidades comerciales, más que velar por un adaptación cinematográfica correcta, no agotadora y no tan plana como finalmente resultó. La película termina siendo una versión extra light de lo que propone el libro (recordemos que se suavizó para que en USA la censura no le subiera la tipificación a “mayores de edad”). No se qué opinarán los fanáticos, pero desde un prisma externo, el cierre de la saga queda en deuda.