“Flashdance” llegó a las salas de cine en 1983 sin que nadie esperara demasiado, pero de inmediato se convirtió en una de las películas favoritas del público. Con siete millones de dólares de presupuesto, un director con poca experiencia y un elenco casi desconocido, fue una de las películas más taquilleras de los ’80 e influenció el cine posterior.

Sin embargo, el éxito del film sorprendió a todos. Antes de estrenarse, el proyecto había sido rechazado varias veces e incluso su director, Adrian Lyne, no le tenía demasiada fe.

Pero, ¿de dónde surgió la idea de una bailarina que trabaja como soldadora y sueña con dedicarse a la danza de forma profesional? La historia no es pura creación de un guionista, sino que se inspiró en la vida de Mauren Marder y Gina Healey, dos bailarinas de un bar nocturno de Toronto, según detalla La Nación.

Tom Hedley escribió sobre ellas, pero fue la productora Lynda Obst quien vio el potencial y presentó el proyecto a Paramount. Las bailarinas recibieron 2.300 dólares por su consentimiento para llevar la historia al cine.

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Directores como David Cronenberg y Brian De Palma rechazaron el trabajo. Adrian Lyne, quien solo contaba con una película en su haber, aceptó, aunque más tarde confesaría que creía que la historia era algo “tonta”.

Lyne quiso que la película tuviera un contenido más dramático y tuvo la intención de incluir una historia de abuso sexual en la infancia de la protagonista, pero le rechazaron la idea.

Entre las actrices para dar vida a Alex, Jennifer Beals se quedó con el papel tras llegar a la selección final junto a Demi Moore y Leslie Wing. Melanie Griffith, Daryl Hannah y Jamie Lee Curtis fueron otras de las candidatas. Beals tenía 18 años cuando filmó “Flashdance”, su primer protagónico. Antes, solo había tenido un papel menor en “My Bodyguard” (1980).

¿Por qué la eligieron? Hay dos versiones. Desde Paramount sostienen que convocaron a un grupo de mujeres para que dijeran qué actriz les resultaba más amigable. El guionista Joe Eszterhas da otra versión: varios técnicos decidieron que ella era la más atractiva de todas. “No era la mejor bailarina, pero era muy dulce”, declaró el director.

Jennifer Beals y Michael Nouri

La actriz puso mucha de su personalidad al personaje y hasta es la responsable de una de las prendas más icónicas de la película: el polerón al que la propia Beals le agrandó el cuello cuando ya no le entraba y con el que se presentó al casting.

Además de un relato optimista sobre una joven que persigue su sueño, “Flashdance” es también una historia de amor. Alex se enamora de su jefe, un hombre que la dobla en edad. Para este papel audicionó Kevin Costner.

También se dice que se le ofreció el rol a John Travolta, Robert de Niro, Mel Gibson, Jack Nicholson, Tom Hanks y Richard Gere. Incluso a Gene Simmons (el bajista de Kiss), quien lo rechazó porque no quería poner en duda su imagen de chico malo. El elegido fue Michael Nouri.

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Cuando la película se estrenó, las primeras críticas fueron tibias, pero el público la amó. La historia inspiradora, las coreografías y la poderosa banda sonora hicieron de “Flashdance” la tercera película más vista de 1983.

De hecho, la música de la película no solo fue un súper éxito de ventas, sino también de premios. El tema principal, “What a Feeling”, interpretado y co-escrito por Irene Cara, se ganó la estatuilla a Mejor Canción y “Maniac” también estuvo nominado. Irene Cara ya venía de otro éxito: fue quien cantó “Fame”, canción de la película homónima estrenada en 1980.

Tras el éxito del film, se conocieron algunos secretos del rodaje y no faltaron las polémicas y los reclamos. Por un lado, las bailarinas Mauren Marder y Gina Healey demandaron a la productora porque su historia no había servido solo de inspiración, sino que era prácticamente igual. Los 2.300 dólares que habían recibido no eran nada al lado de las ganancias millonarias que estaba logrando la película, un total de más de 200 millones de dólares a nivel mundial.

Otra polémica surgió cuando se supo que Jennifer Beals había usado dobles para los cuadros de baile, tal como ella misma lo confirmó tiempo después: “Si yo no podía hacer algo, entonces entraba alguien más para hacerlo y si esa persona no podía, entonces venía otro gimnasta. Hubo hasta un chico de 16 años que hizo los saltos, giros y piruetas más complicados y se tuvo que afeitar hasta las piernas”.

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La mayoría de las coreografías fueron ejecutadas por la actriz francesa Marine Jahan, quien ni siquiera apareció en los créditos de la película. Las escenas más famosas, cuando ella descarga un chorro de agua mientras baila con una silla, y la audición final, fueron hechas con luz baja justamente por esto: para que el público no notara que la que bailaba no era Beals.

La gimnasta Sharon Shapiro también dobló escenas que incluían acrobacias y el bailarín Richard Colón hizo la secuencia de breakdance del baile final. Este último, por entonces de 16 años, usó peluca y se depiló las piernas, pero se negó a quitarse el bigote. Este detalle, según más fanáticos, puede percibirse si se mira con atención.

“Flashdance” marcó un hito en la cultura pop, con bailes y prendas que se quedaron en el imaginario colectivo y fueron recreadas más tarde por otros artistas. También les allanó el camino a otros clásicos de los ’80 en los que la música y el baile fueron clave: “Footloose” (1984) y “Dirty Dancing” (1987).

Adrian Lyne, tras este exitoso trabajo, fue el responsable de otros grandes clásicos de los años posteriores: “Nueve semanas y media” (1986), “Atracción fatal” (1987), “Propuesta indecente” (1993) e “Infidelidad” (2002).

Para Jennifer Beals, este fue su gran papel y el que le permitió seguir adelante como actriz de cine y televisión, aunque sin repetir el éxito de su película más famosa.

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