Will Smith parece todo alegría. El actor ha construido una carrera versátil que inició con la comedia televisiva y que luego pasó al cine, haciendo películas de acción, drama, ciencia ficción y musical.

Este año consiguió su tercera nominación al Óscar por “Rey Richard”, donde interpreta al exigente padre de las tenistas Venus y Serena Williams. Aunque no es favorito, quién sabe si con un poco de suerte lo gane.

La estabilidad y el éxito de los que goza hoy poco tienen que ver con la dura infancia que vivió, debido, sobre todo, a la conflictiva relación con su padre y el abuso de sustancias.

Comenzó su carrera en la música y en 1989 había ganado el primer Grammy otorgado a una canción de rap, como parte del dúo DJ Jazzy Jeff & The Fresh Prince. Según detalla Infobae, este éxito no alejó los problemas: estaba en bancarrota, con una deuda de 2.8 millones de dólares y tuvo la mala idea de pedirle dinero prestado a un narcotraficante.

Endeudado y con su vida en riesgo, surgió el proyecto que lo consagraría: “El príncipe de Bel-Air”, su primer trabajo como actor. La exitosa serie duró seis temporadas y en 1992 Smith dio el salto al cine.

Con la llegada de la fama, el protagonista de “Hombres de negro” fue contando algunos detalles de su infancia, el drama detrás de su eterna sonrisa. El actor siempre destacó que su padre estuvo muy presente en los momentos importantes de su vida, y su dureza fue la que puso pan en la mesa todos los días. Pero el hombre, William Carol Smith, tenía un problema que arruinó a su familia: el alcoholismo.

Will Smith junto a su padre, fallecido en 1996.

La adicción a la bebida no tardó en convertirse en violencia: “Cuando tenía nueve años, vi a mi padre meterle un puñetazo a mi madre en la cabeza, tan fuerte que ella se desplomó. Vi cómo escupía sangre. Ese momento en mi habitación, probablemente, más que ningún otro momento en mi vida, definió quién soy”, reveló el protagonista de “Aladdín”.

Caroline Bright, su madre escapó de su casa sin dinero, para salvar su vida, un hecho que marcó a fuego al futuro actor: “Cuando sucedió eso fue la única vez que consideré el suicidio”. El no poder defenderla hizo que Will se sintiera un cobarde.

En enero de 2022, celebrando los 85 años de su madre.

Según declaró, la peor etapa de la relación con su padre fue entre los 14 y los 17 años: “Una noche, mientras lo llevaba con cuidado en una silla de ruedas de su habitación al baño, una oscuridad se apoderó de mí. El camino entre las dos estancias pasa por unas escaleras. De niño siempre me decía a mí mismo que algún día vengaría a mi madre. Que cuando fuese lo suficientemente mayor, cuando fuese lo suficientemente fuerte, cuando no fuese un cobarde, lo mataría”.

“Me paré en lo alto de las escaleras. Lo podría haber empujado y salir indemne bastante fácil. Décadas de dolor, rabia y resentimiento aparecieron y luego retrocedieron, sacudí la cabeza y llevé a papá al baño”, reveló.

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En sus memorias, Will Smith explicó lo complejo que fue el vínculo con su padre, fallecido de cáncer en 1996: “Era violento, pero también asistía a cada partido, cada actuación o recital. Era alcohólico, pero estaba sobrio en todos los estrenos de todas mis películas. Escuchaba todos mis discos. Visitaba todos los sets de rodaje. El mismo perfeccionismo que aterrorizaba a su familia ponía comida encima de la mesa cada noche de mi vida.”

Ya adulto y con una próspera carrera en Hollywood, la oscuridad volvió a tocar a la puerta cuando él y Jada Pinkett, casados desde 1997, estuvieron un tiempo separados, allá por 2011.

Will Smith y su esposa Jada Pinkett Smith.

Invadido por un vacío existencial, Will Smith viajó a Perú, donde un chamán lo introdujo en la ayahuasca, una droga alucinógena que terminó consumiendo durante dos años. Al mismo tiempo, cayó en el alcoholismo.

Más tarde, Jada y Will se reconciliaron. El actor confesó que antes mantenían una relación abierta y que no eran felices, pero luego de esa crisis, el vínculo mejoró. La vida del actor también: desde entonces, mantiene una mentalidad y una disciplina que lo han llevado a lo más alto de la industria del cine.

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