Mientras algunos directores optan por el guión de hierro -ese que no admite cambio posible-, otros aceptan las sugerencias y aportes de sus actores. En este listado te acercamos 10 de las mejores escenas improvisadas del cine. No estaban planeadas, pero quedaron bien y pasaron a la historia gracias al talento de sus actores.

“La princesa que quería vivir” (1953)

Esta película con Gregory Peck y Audrey Hepburn contiene una de las mejores escenas improvisadas del cine. Se trata del momento en el que los protagonistas están en La boca de la verdad, un monumento donde hay que meter la mano y, si mientes, la pierdes, según la leyenda. Peck quiso hacerle una broma a la actriz y fingió que realmente le había tragado la mano. Su reacción fue tan buena que el director la incorporó a la película.

“El padrino” (1972)

Francis Ford Coppola y Marlon Brando inmortalizaron varias escenas célebres en la mítica primera parte de “El Padrino“. ¿Recuerdas cuando el personaje de Vito Corleone está sentado en su casa, acariciando un gato mientras “atiende” a sus visitantes? Pues el gato no estaba en el guión. El animal pasaba por el set y Brando decidió tomarlo e incluirlo en su escena.

“Taxi driver” (1976)

La frase más recordada de este clásico del cine fue pura improvisación. En el guión de este film de Martin Scorsese, la marcación para el protagonista (Robert De Niro) solo decía “Travis se mira al espejo”. Lo que sigue es una de las mejores escenas improvisadas del cine. “¿Me estás hablando a mí?” repite el protagonista una y otra vez. Una idea de De Niro que pasó a la historia.

“El resplandor” (1980)

Jack Nicholson es de esos grandes del cine que pueden darse el lujo de improvisar unas líneas y además hacer que se vuelvan memorables. En este clásico de Stanley Kubrick, el actor aterraba a su esposa persiguiéndola con un hacha. Tras romper la puerta de un baño, grita “¡Aquí está Johnny!”. Esta frase fue improvisada y hace referencia a la presentación que recibía el mítico conductor de TV Johnny Carson cuando comenzaba su show.

“Star Wars: Episodio V - El Imperio contraataca” (1980)

El momento en el que la Princesa Leia le declara su amor a Han Solo no sucedió tal cual lo pautaba el guión. Luego de que Carrie Fisher dijera sus líneas, Harrison Ford debía contestar “Yo también te quiero”. En vez de esto, el actor dio una respuesta mucho más acorde a su personaje: “Lo sé”.

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“Indiana Jones y los cazadores del arca perdida” (1981)

Otra vez Harrison Ford. Esta es, sin dudas, una de las mejores escenas improvisadas del cine y de las más recordadas. Indiana Jones debía tener un duelo de espadas con otro personaje. Pero el día del rodaje, Ford tenía problemas estomacales y no estaba en condiciones de filmar esta secuencia. Él mismo le propuso una solución a Spielberg: sacar su revólver y disparar. Esta solución improvisaba es uno de los mejores momentos de la película.

“Mujer bonita” (1990)

El personaje de Richard Gere le regala al de Julia Roberts un costoso collar. Se lo muestra en una caja y cuando ella lo quiere tomar, él cierra inesperadamente la caja, provocando las carcajadas de su compañera. Este momento no estaba planeado: fue idea del actor cerrar la caja, lo que generó la espontánea reacción de Julia Roberts.

“El silencio de los inocentes” (1991)

Como si interpretar a un caníbal no fuera suficiente, Anthony Hopkins le agregó un elemento aún más espeluznante a su personaje. Se puede ver en su primer encuentro con la agente Starling (Jodie Foster) que Hopkins hace un aterrador ruido con su boca, una especie de siseo. Ese detalle que nos recuerda que es una bestia… por si lo habíamos olvidado. La cara de espanto de Foster es real, pues no se lo esperaba. Minuto 5:30 del video:

“Rescatando al soldado Ryan” (1998)

Hay una escena en la que el personaje de Matt Damon le cuenta una historia al que interpreta Tom Hanks. Quedó muy natural, pero lo cierto es que se trata de una completa improvisación de Damon, pues lo que cuenta no salió del guión sino de su imaginación.

“Batman – El caballero de la noche” (2008)

Otra gran película con una escena improvisada. Tras hacer varias detonaciones en el hospital, el Joker (Heath Leger), vestido de enfermera, sale y juega frente a cámara con el detonador. Se produce una explosión y tras esto se mete en el micro escolar. Esta última explosión no estaba en los planes, pero el susto del actor fue tan real que quedó en el corte final de la película.

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