“Mulán” era una de las películas más esperadas de 2020, hasta que la pandemia se cruzó en el camino y su estreno se postergó. Sorpresa generó Disney cuando decidió hacer una jugada arriesgada: lanzar la película directamente por Disney+, su nueva plataforma de streaming. Pero ahora que los espectadores la han visto, ha comenzado la polémica.

La película narra la historia de una guerrera china y Disney tomó ciertas decisiones para asegurarse ser respetuoso con la cultura del país asiático, como eliminar al dragón Mushu y poner en su lugar un fénix que no habla. La directora Nicki Caro aseguró que fue para poder entregar una cinta más realista y oscura, aunque también se cree que un dragón hablando hubiera sido una falta de respeto.

“Mulán”, por otra parte, abandonará el tono que tuvo en 1998 en su versión animada, ofreciendo una historia de guerra más misteriosa y de impronta más feminista, para lo cual debieron eliminarse varios personajes. Pero la controversia ha venido por varios frentes distintos y por cuestiones más graves.

Xinjiang, escenario de torturas

En primer lugar, los escenarios elegidos. “Mulán” fue filmada en Xinjiang, una región de China donde hay probada violación de los derechos humanos. Según detalla Infobae, esta zona es conocida por reprimir a musulmanes uigur y kazajo, sometiendo a estas personas a todo tipo de torturas, como trabajo esclavo, esterilizaciones y abortos forzados en sus denominados “campos de reeducación”. Organismos internacionales han denunciado que lo que sucede en Xinjiang puede ser considerado un genocidio.

A la elección de los escenarios, se suman los agradecimientos finales: “Hay un lado oscuro en esos paisajes. Disney filmó Mulán en regiones de China. En los créditos, Disney ofrece un agradecimiento especial a más de una docena de instituciones chinas que ayudaron con la película. Estos incluyen cuatro departamentos de propaganda del Partido Comunista Chino en la región de Xinjiang, así como la Oficina de Seguridad Pública de la ciudad de Turpan en la misma región, organizaciones que están facilitando crímenes contra la humanidad”, sostuvo Isaac Stone Fish en el Washington Post.

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El mismo autor detalla lo que sucede en esta área: “Más de un millón de musulmanes en Xinjiang, la mayoría de la minoría uigur, han sido encarcelados en campos de concentración. Innumerables personas han muerto. Las campañas de esterilización forzada han provocado que la tasa de natalidad en Xinjiang haya caído en picada aproximadamente un 24 por ciento en 2019″.

Liu Yifei, la polémica protagonista

Pero este no es el único motivo de controversia. Liu Yifei, la actriz que da vida a Mulán, apoya abiertamente la represión de los movimientos democráticos en Hong Kong. En 2019, se realizaron protestas masivas en esta región aun dependiente de China a favor de la democracia.

La actriz Liu Yifei

La suma de ambas cuestiones ha hecho que opositores al régimen Chino llamen a boicotear el film. Joshua Wong, defensor de los derechos humanos y líder del movimiento prodemocracia en Hong Kong declaró: “Esta película se estrenó. Pero debido a que Disney es complaciente con Beijing y debido a que Liu Yifei abierta y orgullosamente respalda la brutalidad policial en Hong Kong, insto a todos los que creen en los derechos humanos a boicotear Mulán”.

Una jugada arriesgada

Lejos de la polémica en torno a los derechos humanos, el mercado audiovisual mira con ojos atentos la jugada de Disney, al ser esta la primera producción de tamaña importancia en ser estrenada directamente en streaming. Pero no solo eso. A diferencia de lo que sucede hasta ahora en plataformas como Netflix y Amazon Prime, Disney+ cobrará un extra para poder ver la película.

Junto con el cargo de suscripción, los socios de Disney+ deberán pagar 30 dólares para acceder al film. Muchos han llamado a boicotear “Mulán” también por esta razón. Si el público accede a pagar ese precio, ¿qué le impediría a otras plataformas comenzar a cobrar por contenido especial?

La película enfrenta la controversia por muchos frentes y ya se cree que podría ser “la película más problemática de Disney” desde 1946, sostiene Fish, año de estreno del film animado “Canción del sur”, repudiado desde entonces por su contenido racista.

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