Mark Ruffalo no quería interpretar a “Hulk” porque sentía que no tenía nada que aportarle. Sin embargo, tras leer unas páginas del guion, y conversar con su amigo Robert Downey Jr, se convenció.

Jennifer Lawrence no quería participar de “Los Juegos del Hambre”, principalmente porque tenía dudas con el personaje. Fue su madre la que la impulsó a aceptar, y le señaló que tanto el rol como la historia eran para ella.

Leonardo Di Caprio ya era conocido por filmar “Romeo y Julieta”, y con “Titanic” dio el salto definitivo al estrellato. Pero estuvo a punto de no hacerlo, de no ser por Paul Rudd: Su papá era experto en el hundimiento del barco, y logró que dijera que sí.

Para su trabajo en “El Maquinista”, Christian Bale tuvo que bajar muchísimo de peso. Interpretar a “Batman” requería volver a recuperarlo y un arduo trabajo físico. Después del “no” inicial, fue el propio Christopher Nolan el que conversó personalmente con él para que aceptara.

Para prepararlo para el rol en “Top Gun”, los productores llevaron a Tom Cruise a volar con instructores expertos. La orden que recibieron era de “asustarlo” y ver si realmente estaba dispuesto a llevarlo a cabo. Pese a las arriesgadas maniobras de vuelo, Cruise ni se inmutó y dijo que sí.

A Meryl Streep no le gustó nada el guion de “La Dama de Hierro”, donde debía interpretar a Margaret Thatcher. La directora, sin embargo, le dijo que podía hacer el personaje como ella quisiera. Y esas palabras fueron suficientes para convencerla.