La culpa es un sentimiento tóxico y dañino que puede enquistarse en el corazón durante mucho tiempo causando sufrimiento y angustia. Liberar la culpa es un acto de libertad a través del que una persona pasa página y se centra en su presente. ¿Cómo conseguir curar el dolor de la culpa?

En primer lugar, no te quedes anclado en los fallos del pasado, dando vueltas y vueltas alrededor del mismo tema. Aquello que ya pasó forma parte del ayer. Lo único que puedes hacer a día de hoy es extraer una enseñanza de aquella vivencia.

En segundo lugar, compréndete a ti mismo desde tu presente. No eres la mima persona hoy que hace diez año por ello tampoco puedes esperar lo mismo de ti entonces, que ahora. Hoy eres más sabio, tienes más experiencia vital, te conoces mejor a ti mismo y sabes qué quieres.

Perdónate a ti mismo porque hasta que no lo hagas, no podrás avanzar. Siempre habrá un nudo de dolor en tu interior. Existe un ejercicio de coaching que puede ayudarte para sanar heridas y es escribir en una carta todo aquello que llevas guardado dentro y que necesitas decir.

No cargues con ese dolor y déjate acompañar en el camino de la vida por las personas que te quieren, te respetan y te valoran de verdad. Por ello, habla del tema que te afecta con una persona que te inspire confianza.

Cuida de ti mismo y quiérete a pesar de los errores. Transforma el sentimiento de culpa en aceptación por lo que sucedió y en amor hacia ti mismo. No seas duro y severo contigo mismo, no te juzgues de una forma negativa y háblate a ti mismo como hablarías a tu mejor amigo si estuviera en tu situación.

Relativiza lo que sucedió para quitarle peso.