• Sebastián Salinas, ex Guía de Colo Colo
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Foto: El Mercurio

La idea de entregar el nombre del Monumental no es nueva, pero los números rojos de Blanco y Negro hicieron reflotar el proyecto.

Los números empezaron a ser algo rojos en las cuentas de Blanco y Negro, la concesionaria que se hace cargo del todavía existente Club Social y Deportivo Colo Colo, y las formas para mejorar las arcas empezaron a discutirse.

Entre ellas, hubo una que causó revuelo: retomar la vieja idea de entregar el nombre del Estadio Monumental a una marca comercial por un plazo de tiempo, a cambio de una generosa cifra de dinero.

El asunto trajo polémica. Se sucedieron varias columnas de opinión al respecto en El Mercurio (Felipe Bianchi y Edgardo Marín), e incluso en uno de esos reportajes se pidió la opinión de este guía. Por lo tanto, vale la pena poner los puntos sobre las íes en algo tan importante para el Cacique.

Parto diciendo que no estoy en contra de la idea. Creo que el fútbol va hacia ese camino, que de seguro el año 2030 la mayoría de los estadios que existan en Chile llevarán nombre (aunque sea Estadio ACME, como dijo un columnista), que la discusión en que si se debe vender el nombre al estadio es algo un tanto añejo, que me recuerda mucho los argumentos que existían en su tiempo en contra de la venta de publicidad en las camisetas, que se habla mucho del club, pero que a la hora que había que estar realmente preocupados por Colo Colo fuimos pocos (muy pocos), los que estábamos en las reuniones de socios más trascendentes de la historia alba. Por lo tanto, mucho de lo que se habla me parece más romanticismo que realidad.

Pero…

En primer lugar, extraña que al tener problemas de caja se busque una solución inmediata que toca puntos sensibles para muchos hinchas. Es obvio que los accionistas deben buscar dinero, pero mencionar de inmediato la venta del nombre del estadio de Colo Colo es una cuestión fácil para polémicas evitables. O por último, decirlo cuando existe un verdadero proyecto al respecto. Porque da la impresión que se lanzó la noticia para ver qué tal estaba el ambiente frente a la idea.

Foto: El Mercurio

El tema ha causado molestia en numerosos hinchas albos, que se oponen a vender el nombre del estadio.

Segundo, es verdad que el estadio no tiene nombre. Se llama “Estadio Monumental” y apenas la cancha recibe el título de “David Arellano”, por lo que no es algo de verdad traumático. Pero si Blanco y Negro ha hecho una gran labor para remodelar el estadio con museo incluido y la “Casa Alba” (donde según sus cifras se han gastado 12 millones de dólares, vaya a saber uno si es verdad… confiemos en que sí), ¿no es acaso un mejor momento para retomar contacto con la mística e historia, de la misma manera en que pusieron una estatua de David Arellano?

Pero la gran razón de ponerle trabas a la idea son otras. En primer término, que uno supone que la mayor parte de las ganancias irá a los accionistas, no necesariamente al club (que ahora ni siquiera tiene la cantidad de ramas deportivas que mantenía antes).

Y en segundo lugar, que uno no ve ninguna política deportiva concreta en Blanco y Negro. Se habla de darle tiraje a los juveniles (de ahí la “Casa Alba”, por ejemplo), pero si uno ve las formaciones los hombres de casa son los mínimos, otros se envían a préstamo y no hay frenos en contratar gente extranjera sobre los 30 años (como el buen defensa Andrés Scotti o como el fracaso llamado Claudio Graf). No hay identidad de equipo ni se sabe qué se busca para Colo Colo. Es cosa de ver que desde que asumió Blanco y Negro, estos han sido los técnicos: Dabrowski, Borghi, Astengo, Barticciotto, Tocalli y Cagna. ¿Ve algo en común entre todos?

Por lo tanto, cuando se vea que hay un camino claro, que hay un compromiso con el club y su historia, y cuando no existan tantas dudas, de seguro ahí el colocolino apoyará una idea como esta sin ningún recelo. Porque verá el sueño de todos los albos: que se busca la grandeza del club y sus éxitos. En resumen, un Colo Colo tal como se soñaba y se prometió cuando se dio la concesión.