• Sebastián Salinas, ex Guía de Colo Colo
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En una semana, un equipo que estaba en crisis pasó a ser el elenco puntero del fútbol chileno una vez más. En una semana, de mirar desde abajo a las universidades se pasó a mirarlas desde arriba en el conteo de puntos. En una semana, Colo Colo pasó a depender de sí mismo para obtener un nuevo título.

Foto: El Mercurio

Paredes fue una de las figuras del triunfo albo.

El camino no fue fácil: además de producirse los traspiés de las universidades que ayudaron al asunto, el primer partido fue de nervios absolutos hasta que Cristóbal Jorquera anotó, en el último minuto de descuento agregado, el 2 a 1 final que selló la victoria sobre La Serena, tras ir cayendo en un inicio.

Contra Everton, en partido pendiente, el fantasma de Nelson Acosta hacía pensar que por fin los ruleteros empezarían su resurrección tras una muy mala campaña post viaje a Inglaterra, pero tras algunos sustos iniciales (y tiros en los palos que quizás son “suerte de campeón”), el Cacique se vino de Viña del Mar con el 2 a 0 en su favor en la maleta y tres puntos sobre su cercano perseguidor.

Este fin de semana contra San Luis, el colista del torneo, se tuvo una partida falsa, los amarillos anotaron el 0-1 cuando iban cinco minutos y se hizo temer lo peor tras saber que los rivales que acechan habían obtenido sus triunfos propios, pero se ganó 3-1 con justicia y se sigue con tres puntos de ventaja.

¿Qué ha dejado entonces esta semana?

Primero, un Cagna que al parecer ha entendido que más importante que hablar mucho y tratar de “no quedar mal con nadie”, ha tomado conciencia de las necesidades del equipo, dándole más énfasis a la velocidad, siendo la suplencia de Arturo Sanhueza el símbolo de aquello.

Por lo mismo, el gran beneficiado sin dudas ha sido Cristóbal Jorquera, que se ha destapado como el posible conductor de los albos, en desmedro de Macnelly Torres, que este año partió bien, pero desde que llegó Lucas Wilchez se vio más errático y lento, algo sumado a su eterna aparición “fantasmal” cada cierta cantidad de lances. Jorquera en cambio ha mostrado más velocidad y ganas de juego (“escoba nueva barre bien”, dice el dicho), agregando un factor que ya habíamos hablado en otra columna: parece que por fin Colo Colo vuelve a tener un especialista en tiros libres.

Foto: El Mercurio

El triunfo y el liderato del campeonato le quitaron un poco de presión a Cagna.

Tercero, se ha tenido inteligencia para enfrentar ciertos encuentros. Viendo que el partido contra Universidad Católica puede ser vital, se sacó a Sebastián Toro y se incluyó a Luis Mena, cuidando al primero de la amarilla que lo castigara ante los cruzados. Viendo que el partido ya estaba sentenciado, se cuidó a los hombres de gol (Paredes, Cámpora y Jorquera) realizando sus cambios.

Lo que falta es mejorar ciertos puestos. Por ejemplo, Matías Quiroga es veloz y tiene buena llegada al área rival, pero si al frente tiene un lateral, volante o puntero habilidoso la banda izquierda alba puede hacer agua, como le pasó contra Boris Rielof. En un principio, el reencuentro de la dupla Riffo – Mena mostró las faltas de coordinación entre dos hombres que no estaban en el fondo de la zaga hace mucho tiempo, cuestión que quizás con delanteros más hábiles y frente a un equipo más poderoso pudo ser fatal. Además, todavía Cristián Canío y Gino Clara no muestran las razones de su llegada al popular, dejando la duda frente a la lesión de los que ahora son atacantes titulares, Paredes y Cámpora.

Pero se tiene la punta de la tabla, al parecer ya se vio el camino y ahora se depende sólo de Colo Colo.

Que el resto junte miedo.