• Gustavo Davila, ex guía de Colo Colo
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El año 2012, el Ministerio del Interior, a través la Subsecretaría de Prevención del delito, anunció con bombos y platillos un plan que apuntaba a la finalización de los hechos de violencia acontecidos en los estadios chilenos, al que se denominó Estadio Seguro. Siendo el club más popular de Chile, Colo Colo no era ajeno a esta realidad, donde además su barra más numerosa, la Garra Blanca, sumaba un largo prontuario de problemas y uno de sus líderes históricos, Francisco Muñoz (alias Pancho Malo), se ufanaba de sus conexiones con Colo Colo y sus regentes de Blanco y Negro S.A.

A tres años de la implantación del plan, sus resultados no son los óptimos, ni los prometidos: A principios de año, las hinchadas de Universidad de Chile y Rangers, así como también las de Everton y Santiago Wanderers, protagonizaron hechos de profunda violencia, que como siempre terminaron con pocos detenidos y con un fútbol que sigue siendo rehén de los grupos violentos. Colo Colo no ha protagonizado problemas en el último tiempo, pero son frescos los recuerdos de los incidentes que sucedieron en el Estadio Nacional en un partido con Barnechea, donde se culpó a los Huaichocheros en su condición de local.

¿Volverá el bombo al Estadio Monumental?

Los principales temas incorporados en el plan son: Control de acceso total (que no ha impedido la entrada de elementos violentos y fuegos artificiales y solo ha generado lentitud en el ingreso al estadio), la prohibición del ingreso de lienzos (que tampoco se ha cumplido) y el controvertido fin del ingreso del bombo a los estadios. 

Desde su prohibición y sin cumplir con los otros puntos, las barras han hecho presión para la vuelta del bombo a las canchas, con la consigna permanente de que su regreso, generaría el retorno de la “fiesta” a los estadios, como si el espectáculo presentado en cancha no fuera suficiente. Lamentablemente el inocente bombo, tiene un pésimo registro en cuanto a seguridad: en el pasado, su interior fue ocupado para transportar drogas, fuegos artificiales y armas, entre otros elementos, además de marcar el dominio de las distintas facciones de la barra, ya que quien manejaba el bombo, controlaba la barra.

José Roa, Jefe de Estadio Seguro.

Desde su asunción en la testera alba, Aníbal Mosa, tomó como una cruzada personal el retorno del bombo al Estadio Monumental, haciendo una solicitud formal al jefe de Estadio Seguro José Roa, quien dio una señal, al tomar en cuenta la solicitud, siempre y cuando se cumplan una serie de condiciones: el reemplazo de rejas por vidrio para poder ver de mejor manera a quienes causen desmanes, cámaras de seguridad HD y empadronamiento de la barra del sector Arica. Los jugadores se cuadraron con la propuesta, como comentó ayer Claudio Baeza, quien además fue más allá al decir que desde pequeño había “soñado con jugar al ritmo del bombo”.

Sin duda la pregunta nace de inmediato: ¿Es necesario el bombo en las canchas? Lo cierto es que lamentablemente las señales que se han dado tanto de parte de las barras, como de los encargados del Plan Estadio Seguro, apuntan a que los niveles de violencia no han bajado lo suficiente para hacer ese tipo de concesiones a las nuevas leyes. Sin duda la movida de Mosa, hacia dicho objetivo, se trata de un tema de carácter populista, donde surgen muchas dudas sobre la responsabilidad que tendrá Blanco y Negro sobre el famoso bombo.

Sabido es que las leyes y los reglamentos de la ANFP, impiden cualquier conexión entre los clubes y las barras, por lo que ningún ente pagado por la concesionaria, podría hacerse cargo del adminículo, dejando un tremendo vacío y enormes dudas. Cuesta entender tanto énfasis en el bombo y la poca determinación en contra de los hechos de violencia, que son los principales culpables de ensuciar la verdadera fiesta, esa que está en la cancha, todos los fines de semana.

¿Estás de acuerdo con la vuelta del bombo a las canchas?

@gustalbo