Los cuatro aspectos del ser para una vida en equilibrio

El Crecimiento Personal es lograr trabajar todos los aspectos del ser de una forma integral, donde no hay uno que sea más importante que el otro.

Usualmente cuando hablamos de lograr tener una vida balanceada se dice que debemos preocuparnos de nuestro cuerpo, mente y alma, pero eso no es todo lo que hay, y aquí te damos otro punto de vista al respecto.

Quiero comenzar contándoles de una conversación que tuve un día con una persona con la que trabajé para un seminario hace unos años. Él parecía ser una persona de trato incómodo, pero con quien en realidad no tenía ningún problema en particular, simplemente habían algunas ideas diferentes, pero nada que no se pudiese solucionar.

Nos sentamos y me dice: “Pablo, ¿Tienes algún problema conmigo?”.

Vida en equilibrio

Foto: El Mercurio

Cuerpo, mente, alma y emociones deben estar en armonía para que logremos el equilibrio.

Mi respuesta fue negativa y admiré la idea de la pregunta, hasta que tras unos segundos de silencio, él me dice: “Desde mi corazón, yo te quiero decir que estoy enojado porque siento que no me hiciste caso en las cosas que yo quería”, mientras su cara se desfiguraba de rabia. “No me contestaste el teléfono de la manera en que lo merezco y no me gustó como me miraste”.

Siguió por un buen rato más, y claramente eran sus emociones las que hablaban. No tengo idea qué le pasó, pero en el fondo sentí que me usó para descargarse.

Aquí es donde la tradicional idea de equilibrar cuerpo, mente y alma creo que nos queda pequeña, porque se nos olvida la importancia del motor que tenemos los seres humanos: las emociones.

Poco hacemos por conocerlas, y menos aprender a manejarlas.

Por esto quiero transmitirles lo que para mí son las cuatro partes de nuestro ser que debemos mantener en equilibrio para sentirnos más plenos:

Cuerpo: Nuestro físico es el vehículo desde donde vivimos. Si no mantenemos el equilibrio en nuestro cuerpo o conocemos cómo moverlo adecuadamente es probable que haya situaciones en las que nos cueste desenvolvernos porque el “cuerpo no nos da”.

Mente: La máquina que cree saberlo todo y que nos cuesta hacer callar. Cuando aprendemos a hacer que la mente trabaje para nosotros y no al revés, es que se abre todo un mundo de creatividad.

Emociones: Son el termómetro de lo que vivimos, las encargadas de hacernos saber si nos gusta o no el dónde estamos o qué hacemos. El impulso que nos lleva a actuar, reconocerlas y transformar ese fuego en un láser preciso puede ser una gran ventaja.

Espíritu: Nuestro verdadero ser, la conexión con lo que realmente somos antes de nacer, y la esencia de la vida. Lograr reconocernos como seres espirituales que debemos actuar en lo físico es lo que nos hace humanos.

Estas son las cuatro patas de la mesa. Cuando nos enfocamos en una  sin tomar en cuentas las otras, usualmente perdemos el equilibrio y nos cuesta poder actuar con completa convicción, ya que funcionan en sintonías unas con otras.

El Crecimiento Personal es lograr trabajar todas de una forma integral, donde no hay una que sea más importante que la otra, y donde desde ellas podemos actuar de manera más equilibrada en la vida.

¿Qué les parece?

En el futuro revisaremos con más detalles cada una de estas cuatro patas para guiarlos sobre cómo poder aprender a trabajar con cada una de ellas y crecer.

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