• Mariana Osorio, ex Guía de Cultura China
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Durante el 14 de febrero se ve bastante poco movimiento de enamorados en China. Si bien algunos salen y festejan San Valentín como los occidentales, ellos consideran que el verdadero día de los enamorados es el festival “Quixi”, que se celebra la séptima noche del séptimo mes del calendario lunar, lo que ocurre comúnmente en agosto.

Sin embargo, en China es posible ver mucho amor todos los días. Los chinos se caracterizan por ser románticos, y es fácil ver a parejas con globos, flores y peluches gigantes todos los días y en todas partes.

Una tendencia que llama particularmente la atención es la de usar vestimentas “combinadas”. Es decir, que salen a la calle luciendo orgullosamente el mismo polerón, mismo estampado, mismas zapatillas, mismo color de jeans. Por curioso que parezca, no sólo se trata de parejas adolescentes,  sino que también de adultos e incluso abuelitos. Muchas parejas también visten a sus hijos con la misma ropa en miniatura, lo que resulta muy tierno.

Uno de los pasatiempos favoritos de las parejas chinas es ir de compras. Sí, ir de compras.

Los hombres aquí -a diferencia de los occidentales -pueden pasar todo el día dando vueltas por el mall con sus novias, ayudándolas a elegir, esperándolas fuera del probador y, muchas veces, comprándoles lo que ellas quieran. Aquí es donde se puede ver cómo el capitalismo ha llegado a cambiar a este país gigante, y cómo se ha ido formando esta sociedad de consumo.

En China, una de las mejores maneras de mantener las buenas relaciones es a través de los regalos -y eso no es de los últimos años sino desde siempre- pero los regalos en sí han ido cambiando sobre todo en los últimos cien años. Ahora, la mejor manera en que los hombres pueden llamar la atención de sus mujeres es con joyas. De hecho, se pueden ver joyerías en todas las cuadras, donde venden todo tipo de metales y piedras preciosas, a todos los precios. También aquí se pueden encontrar anillos, collares y pulseras para dos, para seguir con la moda de los “combinados”.

Mientras sus mujeres vitrinean, los chinos acostumbran a cargar orgullosamente con las carteras de éstas, lo que otros pueden interpretar como señal de pertenencia. Y eso resulta lógico, porque las relaciones en sí mismas son muy posesivas y tienen un alto grado de dependencia. A las parejas chinas les encanta pasar mucho tiempo juntos y son bastante celosas, sin embargo durante el pololeo la infidelidad es prácticamente nula, ya que el sentido del compromiso es muy fuerte. Aunque a veces eso cambia durante el matrimonio.