Pocos equipos de fútbol pueden contar historias con tintes tan polémicos y novelescos como la Lazio, equipo del que era hincha el dictador Benito Mussolini, y que, de hecho, formó futbolísticamente al bisnieto del emblema fascista. Pero sin lugar a dudas, una de las más llamativas dentro de este extenso historial de anécdotas es el relato de la “Lazio de las pistolas”, la escuadra que consiguió el primer título para el elenco de la capital.

Para abordar esta historia, tenemos que remontarnos a la década de los 70’s, específicamente a la temporada 1973-1974, donde la Lazio estaba conformada por un plantel de jugadores que contaban con formas de ser y pensamientos extremadamente distintos.

Según indica colgadosporelfutbol.com, este grupo de futbolistas parecía más un conjunto de pandilleros que jugadores, dentro de una plantilla que se separaba en dos facciones que contaban con caudillos bien marcados en cada bando: el delantero Giorgio Chinaglia y el
lateral izquierdo Gigi Martini.

El atacante cimentó una carrera brillante, y llegó a jugar junto con Pelé y Franz Beckenbauer en el recordado Cosmos de Nueva York, pero su vida trascendía del talento futbolístico, y llegó a ser procesado en los últimos años previos a su muerte a raíz de los vínculos que tenía con distintas mafias de Europa.

Por otro lado, Martini acabaría dedicándose a la política, representando a un partido de derecha conservadora dentro de Italia, y llegaría a ser electo como diputado por la región de Toscana.

Este grupo de jugadores venía de vidas complicadas, y en base al reporteo de colgadosporelfutbol.com se resalta que la situación escalaba a tal nivel, que los futbolistas llegaban al vestuario con sus propias pistolas, e incluso hacían algunos tiros antes de sus entrenamientos o en plenas concentraciones.

Según el relato, parecía que la mayor rivalidad deportiva de la Lazio era entre los propios compañeros, entrenando con una actitud casi sanguinaria y buscando imponerse por la gloria de ser mejores que los otros.

Sin embargo, este polémico grupo era capaz de unirse en los partidos oficiales, y saltaban a defenderse entre todos cada vez que alguno de sus compañeros recibía una infracción, protegiéndose en una suerte de conflictiva hermandad que resultaba complicada de comprender.

Una figura trascendental para manejar a este grupo de pistoleros y forjar un equipo que acabaría levantando el primer Scudetto en la historia del club fue Tommaso Maestrelli, director técnico de la escuadra romana, quien gozaba del respeto de ambas facciones.

La famosa “Lazio de las pistolas” acabaría conquistando el título con 43 puntos, 2 por encima de la Juventus y se terminaría convirtiendo en uno de los equipos más famosos en la historia del fútbol italiano.

Sin embargo, el grupo era mucho más difícil de lo que cualquiera pudiera manejar en plenitud, y ante este carácter tan irreverentemente violento, era una triste realidad que la tragedia acabaría por golpear al plantel de pistoleros, solo un poco después de que su líder, Tommaso Maestrelli, falleciera en 1976.

Según relata colgadosporelfutbol.com, Luciano Re Cecconi era un futbolista que agradaba en ambas facciones, pero en enero de 1977, decidió jugar una broma pesada a un joyero: se cubrió el rostro, metió la mano en uno de sus bolsillos, simulando un arma y le dijo “Arriba las manos, esto es un asalto”.

El hombre, quien no reconoció al futbolista, ya cansado de los robos, disparó con agilidad extrema y provocó una herida a Re Cecconi que horas más tarde terminaría con su vida.

Tras esto, el plantel le rindió homenaje a Luciano, en una tragedia que puso fin a la era de la “Lazio de las pistolas”, quienes ya habían perdido a su líder, a un amigo que simpatizaba en ambas facciones.

Así, los jugadores comenzaron a tomar rumbos diferentes, terminando con la historia de uno de los elencos más polémicos y famosos que se han presentado en una cancha de fútbol.