Las curiosidades que marcan la casa donde Darwin elaboró la teoría de la evolución
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- José Catenacci
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Sin duda alguna, la teoría de la evolución planteada por Charles Darwin cambió la comprensión del ser humano respecto de la vida y el mundo en sí, sin embargo, también
existen muchas curiosidades ligadas al proceso de desarrollo de este postulado incluido en el libro El origen de las especies, entre ellas, algunas muy interesantes vinculadas a la casa del naturalista inglés.
Down House, el hogar de Charles Darwin por más de 40 años y el lugar donde trabajó en su reconocida teoría de la evolución, se convirtió en un museo a partir de 1929, y todavía cuenta con algunos elementos sumamente llamativos.
Uno de ellos es la silla donde se escribió el libro donde se plantea la teoría de la evolución, El origen de las especies, sobre la que se sentaba Darwin dentro de su estudio, que se encontraba en la planta baja de Down House.
En base a las declaraciones recopiladas por la BBC, Tessa Kilgariff, curadora de la casa museo y también investigadora del naturalista inglés, planteó que “Darwin era un hombre alto, medía más de 1.80 metros, y necesitaba algo un poco más alta para trabajar. Y entonces hizo esta silla tipo Frankenstein para satisfacer sus propios intereses”.
Lógicamente, también existen muchos más muebles dentro de este espacio, pero dentro de la casa, seguramente uno de los elementos que más resalta es el “tobogán infantil” que se ubica en las escaleras, y era disfrutado por los hijos de Darwin, que tuvo 10 niños con su esposa Emma, quien, por cierto, también reconoció en cartas a su primogénito que se había lanzado un par de veces por el tobogán.
Y hablando de su esposa, también es pertinente hablar respecto del dormitorio que el científico compartía con ella, y donde falleció en 1882 acompañado por sus familiares.
Según reporta BBC, su habitación fue recreada por English Heritage en 2016 basándose tanto en cartas como recuerdos, descripciones de aquellos tiempos, investigaciones respecto de la vida de Darwin y también el análisis de pinturas.
Pero no solo hay elementos llamativos dentro de la estructura, sino también afuera, pues el jardín del naturalista era considerado un verdadero laboratorio al aire libre para este pensador. De hecho, todavía se mantiene en pie el invernadero en que acostumbraba sembrar.
Entre las curiosidades que marcan a este invernadero, cabe resaltar el hecho de que Charles Darwin tenía una llamativa atracción por las plantas carnívoras o insectívoras, entre otras cosas.
Además, el naturalista inglés dejaba registros en notas y cuadernos respecto de sus estudios, que hoy están a la vista de los visitantes.
También existe otro espacio en el exterior que era muy especial para Charles Darwin, quien, según la BBC, tenía un camino de arena alejado de Down House que recorría para reflexionar con calma.
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