• Marco Zecchetto Rocco, equipo de Facts
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De acuerdo con un estudio realizado por Techo y Equifax, existen cerca de 1.290 campamentos en Chile y 114 mil familias que no tienen acceso a servicios básicos (como energía eléctrica y/o agua potable). El análisis destaca a la Región Metropolitana (RM) como uno de los focos de estos asentamientos, donde las 10 tomas más grandes de la región están concentradas en seis comunas: Cerrillos, Puente Alto, Lampa, La Florida, Colina y Maipú.

La Directora del Centro de Estudios de TECHO-Chile, Pía Palacios, explica que en la Región Metropolitana ha habido un aumento sostenido de los campamentos y de los hogares viviendo en ellos. Sin embargo, precisa que el incremento ocurrió principalmente entre el año 2019 y el catastro de Techo 2020-2021.

“Ahí pasamos de casi 6.000 hogares viviendo en campamentos a más de 19.000. Actualmente, con el último catastro, se visualizaron poco más de 20.000 hogares en campamento, lo que supone un aumento del 4% en estos últimos dos años. Esto, de todas maneras, dista un poco de la realidad nacional, considerando que entre el catastro de 2020-2021 y 2022-2023 hubo un aumento de un 39,5% de los hogares viviendo en campamentos (113.887)”, asegura la especialista.

En esa línea, Matías León, arquitecto con mención en Ciudad y Territorio, docente de la Universidad del Desarrollo y Gerente General DTE Consulting & Development, destaca que 423 campamentos albergan a cerca de 50 mil familias solo en la Región Metropolitana, cifra que, según el académico, supera en más del doble lo que se tenía en el año 2007, argumentando que esta situación subraya una falta de enfoque en las políticas habitacionales, especialmente en el corazón del país.

Pía Palacios indica que las principales comunas de la RM que concentran más campamentos y hogares viviendo en ellos, actualmente son:

• Lampa, con 24 campamentos y más de 4.600 hogares viviendo en ellos.
• Puente Alto, con 11 campamentos y más de 3.000 hogares.
• Colina, con 12 campamentos y más de 2.600 hogares.
• Cerrillos, que, si bien tiene únicamente cuatro campamentos, contempla más de 2.500 hogares. Este presenta uno de los campamentos más grandes de la RM.

Causas de este aumento

La Directora del Centro de Estudios de TECHO-Chile menciona que, en este caso, dentro de los principales motivos radican aquellos que son de índole económico. Por ejemplo, la experta destaca la necesidad de independencia, el hecho de “dejar de ser allegados”, pero también y, en primer lugar, el alto costo de los arriendos y los bajos ingresos.

“Tenemos que considerar que la Región Metropolitana es una de las regiones con el suelo más caro y, por lo tanto, la falta de vivienda se hace muy latente en este sector. Finalmente, el déficit habitacional constituye uno de los principales motivos por los cuales las familias se van a vivir a campamentos dado que no existe una solución para ello”, manifiesta Palacios.

Matías León asegura que el estallido social, la pandemia por Covid-19 y los flujos migratorios han impactado de manera desproporcionada en la Región Metropolitana. A pesar de esta situación, el académico comenta que, aunque los factores mencionados han contribuido, todavía no representan más de un tercio de los nuevos hogares que llegan a los campamentos en la RM. Y afirma que muchos de estos hogares provienen de la migración y buscan oportunidades en el entorno urbano.

“Lo más impresionante de este fenómeno es que más del 50% de las familias que viven actualmente en campamentos no son familias que vivían en la pobreza, son familias que simplemente no pudieron seguir pagando el arriendo. Si pudiéramos ejemplificar esto, sería una familia de clase media emergente que durante pandemia tuvo que cerrar su quiosco, que era su única fuente de ingreso, con los sistemas bancarios cada vez más herméticos y la oferta habitacional abordando a sectores más vulnerables”, explica el arquitecto.

El Catastro Nacional de Campamentos TECHO-Chile 2022-2023 detectó que actualmente existen 39.567 familias inmigrantes viviendo en campamentos, lo que corresponde a un 34,7% del total de hogares en estos asentamientos e implica un aumento neto de 14.603 hogares desde el catastro 2020-2021. A pesar de esto, al consultar la trayectoria habitacional de las familias, se constató que sólo en un 6,2% de los campamentos la mayoría de las familias provienen directamente desde otro país previo a su llegada al campamento.

“En el caso de la Región Metropolitana estamos hablando de que un 59% de las familias que viven en campamentos son inmigrantes, si bien es un alto porcentaje, es mucho mayor en la comuna de Antofagasta, principalmente en toda la región de Antofagasta, en donde más de un 70% de las familias que viven en campamentos son inmigrantes”, asegura Pía Palacios.
La directora del Centro de Estudios Territoriales de la Universidad de los Andes, Pilar Giménez, indica que las dificultades de la industria inmobiliaria -que ha visto disminuida su capacidad de generar nuevas viviendas por el aumento de los costos de construcción, mayores valores del suelo y la complejidad de la permisología-, han afectado directamente a este fenómeno.

La especialista argumenta que influye en forma significativa la planificación territorial, y que los planes reguladores no están respondiendo a tiempo con una planificación que permita adelantarse a las necesidades habitacionales de la población.

Las medidas a implementar y lo que se puede proyectar

La abogada PUCV y experta en Derecho Urbanístico, Jeanette Bruna, menciona que día a día existen personas migrando a asentamientos informales, generando presión a la autoridad pública a tomar medidas, no sólo en torno a resguardar el derecho humano de acceso a una vivienda, sino también el derecho de los ciudadanos a no ser expuestos a usurpaciones de terrenos, y el de las familias en situación de vulnerabilidad a no ser objeto de estafas por parte de loteadores irregulares.

“La realidad social supera la planificación, la construcción de viviendas no crece en la misma medida ni con la misma rapidez que lo hacen las familias o personas que se independizan, y los arriendos no se condicen con su nivel de ingresos. Por tanto, se debe evaluar la realización de un nuevo pacto urbano multidisciplinar y ciudadano, que atienda la crisis, incorporando el mismo sentido de urgencia y medidas con que se abordan las emergencias producidas por otras catástrofes naturales, ya que, sin duda, estamos frente a una”, agrega la experta.

Pía Palacios enfatiza en que se debe atacar el problema de la campamentación de las familias viviendo en asentamientos irregulares, pero argumenta que paralelamente se tiene que avanzar a solucionar el déficit habitacional, que, según la especialista, es la principal forma de atacar el problema de raíz. “Si no se subsana el déficit habitacional, es muy poco probable que los campamentos vayan en una disminución”, añade.