• Marco Zecchetto Rocco, equipo de Facts
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De acuerdo con un informe realizado por la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, los homicidios cometidos en 2022 sumaron 482 casos en dichas zonas de la capital, de los cuales, 259 fueron consumados y 223 frustrados. Estos datos suponen un aumento del 32% en relación con el año 2021. Además, casi el 40% de los asesinatos ocurridos en aquella jurisdicción, en primera instancia, están vinculados a bandas de crimen organizado.
Según las cifras del Centro de Estudios y Análisis del Delito (CEAD) de la Subsecretaría de Prevención del Delito, durante el 2022 se registraron 934 homicidios, lo que equivale a una tasa de 4,7 asesinatos por cada 100 mil habitantes.

Diego Campos, investigador del Centro de Estudios para la Acción y Prevención en Seguridad Pública y Crimen Organizado de la Universidad San Sebastián (CESCRO), asegura que existe una tendencia clara al alza con respecto a los años anteriores. E indica que, por ejemplo, según datos del CEAD, el 2013 existieron 481 homicidios y desde el 2017 se han superado los 600 homicidios por año.

Además, el experto recalca que no hay una base de datos unificada, ya que existen cifras diferentes dependiendo del organismo que las entrega, ya sea Carabineros, Policía de Investigaciones o el Centro de Análisis del Delito.

Según los reportes de la Policía de Investigaciones (PDI), fueron 908 los asesinatos cifrados al término del año pasado, superando los 661 del 2021. Además, se efectuaron 726 investigaciones por aquel delito durante 2021 y 960 indagatorias en 2022. El balance de gestión 2022 de la institución reportó un aumento del 32,2% en la cantidad de víctimas por homicidio a nivel país, en comparación con el año 2021.

Además, la policía registró que en 2021 se incautaron 1.238 armas de fuego, cifra que se elevó a 1.739 en 2022. Esto supone un aumento del 40,39% en este tipo de incautaciones. PDI reportó que un 56,6% de los homicidios se cometieron con armas de fuego. Estas cifras reflejan un aumento del 45,97% en comparación al 2021.

Factores, el rol del crimen organizado y tipos de delitos

Pablo Carvacho, Director de Investigación y Desarrollo del Centro Justicia y Sociedad de la Universidad Católica, asevera que los homicidios en Chile se están llevando a cabo en mayor medida en contextos de criminalidad organizada, argumentando que hoy existe un mayor uso de armas de fuego y se ha producido una duplicación de la tasa de imputados desconocidos.

De acuerdo con el experto, esto supone una planificación y organización en los asesinatos. “Si esta tasa de imputados desconocidos era del 18% aproximadamente hace 5 años, hoy nos encontramos con una tasa cercana al 40% de imputados que no se conocen. Esto significa un desafío importante para las capacidades de las policías y del Ministerio Público, que deberán desarrollar mejores técnicas de investigación para encontrar a los responsables de estos homicidios”, afirma el experto.

En esa misma línea, Pía Greene, ex coordinadora del Área de Prevención y de Proyectos Internacionales de la Subsecretaría de Prevención del Delito e investigadora del CESCRO, explica que el hecho de que hay más imputados desconocidos por estos delitos, tiene mucho que ver también con los ajustes de cuentas en el narcotráfico y en el crimen organizado. Y señala que los disparos u homicidios en vía pública hacia personas que no son cercanas, son un modus operandi común en este tipo de bandas.

La también académica de la Universidad San Sebastián asegura que “estamos en una situación donde Chile pasó a ser un país de crimen contra la propiedad, o un país de crimen violento contra las personas. La seguridad es la primera prioridad de la población y pasamos a ser de un país que era tránsito de droga a ser uno de consumo, y más aún incluso, de producción. Ahora los delitos son mucho más complejos al igual que las estructuras criminales”.

De acuerdo con el quinto Boletín Estadístico de Acceso a la Justicia Penal de Migrantes y Extranjeros (publicado en abril de 2022, pero referente al año 2020), entre los años 2016 y 2020, el número de personas detenidas de nacionalidad extranjera aumentó progresivamente en ese período, llegando a un alza de 355% en los cinco años analizados. Si bien el informe arrojó que en el año 2020 bajó el número de víctimas extranjeras en un 21,3%, la cifra de imputados aumentó significativamente en un 135,8%.

Pablo Carvacho señala que los reportes de homicidios del Ministerio Público muestran una importante diversidad de motivaciones en su comisión. “En el caso de víctimas mujeres, la mitad de los casos corresponden a violencia intrafamiliar, en el caso de víctimas hombres, un 23% corresponde a casos de violencia interpersonal y un 17% a casos vinculados al crimen organizado o disputas entre bandas. En cuanto a las zonas geográficas, contrario a lo que se piensa, la gran cantidad de homicidios ocurre en la Región Metropolitana (salvo por la zona oriente), junto con otras capitales regionales, especialmente Valparaíso, Biobío, y la Región de O’Higgins”, asegura.

Haciendo referencia al alza de homicidios cometidos por autores desconocidos, Diego Campos precisa que existe especial relevancia en los casos donde la víctima no cuenta con documentación.

De acuerdo con los datos de Carabineros, las regiones con mayores índices de asesinatos en 2022 fueron:

• La Región de Tarapacá, con 10,3 homicidios cada 100 mil habitantes
• Arica y Parinacota, con 8,5 homicidios cada 100 mil habitantes
• Antofagasta, con 6,3 homicidios cada 100 mil habitantes
• La Región de Coquimbo, con 6,2 homicidios cada 100 mil habitantes
• Biobío, con 6 delitos de homicidio cada 100 mil habitantes

“En término de comunas, no deja de ser preocupante la comuna de Santiago Centro, la cual llega a 10,4 homicidios por 100.000 habitantes. La Región Metropolitana y la llamada Macrozona Norte concentran la mayor cantidad de homicidios a la fecha”, afirma Diego Campos.

Las medidas actuales

Pablo Carvacho manifiesta que gran parte de las medidas que se están discutiendo o que se han promulgado auguran tener un bajísimo impacto en la seguridad y en las tasas de homicidios. Y argumenta que, en tanto, estas se basan en el aumento de penas y en la promoción del uso de la cárcel, señalando que sería esperable sólo tener efectos negativos a nivel de hacinamiento carcelario, contacto criminógeno y reducción de oportunidades de reinserción social.

“Pensar que un integrante de una banda criminal va a dejar de cometer un delito por el aumento de las penas probables supone desconocer las causas más profundas de las trayectorias criminales. Con todo, existen algunas medidas que van en el sentido correcto porque amplían la inteligencia policial y estatal para hacer frente al crimen organizado. De esta forma, medidas como la confiscación de bienes del crimen organizado y el establecimiento de mayores y mejores técnicas de investigación permiten que la mayor complejidad delictual pueda ser atacada con mayor inteligencia estatal”, agrega el académico.

“Hoy día estamos con delitos más violentos en contra de las personas y tenemos que adaptarnos a esa realidad, y la capacidad investigativa de las policías no ha llegado a desarrollarse de esa manera. Necesitan más entrenamiento, más herramientas, más recursos humanos, necesitan más plata. (…) Si nosotros queremos desarticular el crimen organizado es a través del patrimonio”, añade Pía Greene.