• Andrea Cova Moore, equipo de Facts
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La Ley Karin, que busca prevenir y sancionar el acoso laboral, sexual y la violencia en el trabajo, desde su implementación el 1 de agosto hasta el 31 de diciembre del 2024, registra en la Dirección del Trabajo casi 10 mil denuncias, en el sector privado. Así lo constató un reporte presentado en la sesión del Consejo Superior Laboral (CSL), que indicó que, en el periodo señalado, la institución recibió 9.151 denuncias en ese sector.

En un zoom a las cifras, destaca que, de ese total, 3.804 denuncias están en el proceso de fiscalización activo, de las cuales 67,8% han sido formuladas por mujeres, 30,5% por hombres; y un 1,7% por personas en que su sexo no fue declarado. Ahora, en cuanto a las empresas que se ven afectadas por estas denuncias, el informe evidenció que un 50% de las denuncias inciden en grandes empresas; el 19% a pequeñas, el 18% a medianas, el 10% a microempresas, mientras que el 3% restante no posee esa información.

El informe hace una segmentación por sectores económicos, y evidencia que el 19,6% de las 3.804 denuncias que se encuentran en proceso de fiscalización activo corresponden al sector comercio. Le sigue enseñanza, con el 13,5%; servicios administrativos y de apoyo, con el 11,9%, y alojamiento y servicios de comida, con el 8,4%.

Ahora, en cuanto a las causales, sobre las 3.804 denuncias en proceso de fiscalización activo, la mayoría corresponde al acoso laboral. Esta concentra el 86,7%, mientras que solo un 6,6% son por acoso sexual y un 6,7% acciones violentas. Territorialmente, la Región Metropolitana concentra casi un tercio del total de las denuncias, con el 28,7%. Continúa Valparaíso, con un 14,7% Araucanía, con el 7% y Antofagasta, con el 6 %. Mientras que las regiones con menos denuncias son Arica y Parinacota (0,8%), Aysén (2,5%) y Los Ríos (2,9%).

Evolución de la normativa y explosión de denuncias

Magdalena Ahumada, académica del departamento de psicología laboral de la Universidad Alberto Hurtado, explica que la gran cantidad de denuncias demuestra que la violencia en el trabajo ha sido un problema que Chile ha “dejado bajo la alfombra durante mucho tiempo”.

“Si bien una ley no va a solucionar totalmente los problemas que hay en las empresas, sí ha ayudado a que se ponga el foco en la implementación de protocolos y se actúe sobre las denuncias. Ahora, el gran paso es que se pueda hacer una transición de lo administrativo que implica una denuncia de acoso a una intervención efectiva sobre el ambiente laboral, para que estas situaciones no vuelvan a suceder”, advierte.

Ahumada explica que uno de los aspectos más relevantes de esta ley ha sido visibilizar y validar que existe la violencia dentro de las organizaciones, “las empresas han tenido que trabajar en torno a la implementación de la ley y eso ha hecho que en los lugares de trabajo se hable más del tema, y por lo mismo, se identifiquen conductas de acoso y las personas se atrevan a denunciar. Sin duda, poner en juicio cómo nos relacionamos en el trabajo es un avance importante para mejorar los ambientes laborales”.

En cuanto a la cantidad de denuncias en tan poco tiempo, Orompello Palacios, académico de la Escuela de Derecho de la Universidad Andrés Bello, comenta que la explosión de denuncias se debe a lo que se denomina muchas veces la demanda contenida, ya que las personas “no tenían un procedimiento claro frente a este tipo de sucesos y ahora con la existencia y difusión de esta ley han aumentado este tipo de denuncias. Por lo tanto, muchos trabajadores que quizá antes no denunciaban, ahora saben que deben seguir este canal correspondiente”.

Ahumada explica que antes de la implementación de la ley también existían denuncias, pero desde hace un tiempo se ha cuestionado mucho más el nivel de violencia que hay en los lugares de trabajo, y eso, se debe a la puesta en marcha de la Ley Karin que ha “permitido poner sobre la mesa que hay conductas dentro de los espacios laborales que no son tolerables. No solo relacionado con lo que pasa con nuestras jefaturas o compañeros de trabajo, sino que también cuando la violencia viene de terceros ajenos a tu organización”.