Soy penquista de nacimiento, pero Santiaguina de corazón. Estudié toda mi vida en un colegio de monjas que ya no existe, y del cual salieron varias mujeres de la televisión. A lo mejor era un presagio de lo que me convertiría años más tarde.
Nunca se me pasó por la mente estudiar periodismo, de hecho quería ser veterinaria, pero mi fobia a la sangre me lo impidió. Creo que elegí esta carrera cuando supe que Gabriel García Márquez era periodista, es mi escritor favorito y quería ser como él, y no tengo vergüenza en decir que algún día lo seré, y quién sabe, hasta me gane un Nobel.
Estudie en la Universidad del Desarrollo, e hice la práctica en Canal 13. Una vez que me titulé, y aunque no me crean, trabajé en un diario de economía, pero la farándula fue más fuertes, y me llevó al lado oscuro, y no me arrepiento.
Llevo tres años cubriendo el mundillo farandulero en un programa de televisión y literalmente he dejado los pies en la calle. Soy una convencida que si un periodista no ha reporteado en terreno, no se ha pegado plantones de varias horas, no ha sido garabateado por el personaje al que persigue, no ha pasado frio, calor ni hambre no es un periodista de verdad, y los de farándula por Dios que somos sacrificados!!
Soy hija, hermana, polola y una mujer opinante y creo que las personas que miran en menos a la farándula son las que más la consumen. El hacerse el inteligente no significa serlo, así que acompáñenme a pasarlo bien e informarse. Ah!! Y tengo twitter (@FranAquevequeC)