100 años de la aparición de la Virgen de Fátima: Los 7 misterios y prodigios que aún no tienen explicación

El 13 de mayo de 1917 la Virgen se hizo presente ante tres pastorcitos en la aldea de Fátima.

Guía de: Fenómenos Paranormales

En 1917, en las inmediaciones de la pequeña aldea agrícola de Fátima, en Portugal, ocurrió la manifestación religiosa más famosa de todo el siglo XX: la llamada aparición de la Virgen de Fátima, que ocurrió en un difícil contexto en el mundo. La Primera Guerra Mundial desangraba a Europa, conduciendo a la humanidad a la forma más salvaje de guerra vista hasta ese momento, mientras que en Rusia Lenin preparaba la revolución marxista y atea que volcaría no sólo el orden social ruso, sino que también sumergiría eventualmente a casi la mitad de los habitantes del planeta. Por ello, los creyentes asegurarían más tarde que la Virgen se apareció para interceder por la humanidad y para proveer con su mensaje el antídoto para los males morales y sociales del mundo.

Virgen Pastorcitos

Jacinta Marto, Lucía dos Santos y Francisco Marto, los tres pastorcitos de Fátima.

Jacinta Marto, Lucía dos Santos y Francisco Marto, los tres pastorcitos de Fátima.

 

A exactos 100 años de ese acontecimiento, cuando la Virgen María se les apareció a tres humildes pastorcitos portugueses, conviene revisar siete hechos misteriosos e inexplicables que sucedieron durante y después de ese evento y que, para muchos, sólo se pueden explicar porque una fuerza sobrenatural y divina se manifestó en la tierra.

1) La aparición del “ángel de la paz”:

En la primavera y el verano de 1916, tres pequeños pastores portugueses, Lucía dos Santos, de 10 años, y sus dos primos, Jacinta y Francisco Marto, de seis y nueve años, respectivamente, presenciaron la aparición de un ángel mientras pastoreaban a sus ovejas en un lugar conocido como Cova da Iria, en las cercanías de su pueblo natal de Fátima. Esta presencia angélica, que los niños bautizaron como el “ángel de la paz”, les enseñó a rezar para pedir la conversión de los pecadores y adorar a Dios a través de la eucaristía.

Virgen ángel paz

Lucía relataría posteriormente que “pasamos el día allí, ya que la lluvia había pasado y el sol brillaba en el cielo azul. Comimos nuestros almuerzos y comenzamos a rezar el rosario. Después de eso, comenzamos a jugar un juego con guijarros. Pasaron tan sólo unos segundos cuando un fuerte viento comenzó a mover los árboles y miramos hacia arriba para ver lo que estaba pasando, ya que era un día tan calmado. Luego comenzamos a ver, a distancia, sobre los árboles que se extendían hacia el este, una luz más blanca que la nieve con la forma de un joven, algo transparente, tan brillante como un cristal en los rayos del sol. Al acercarse pudimos ver sus rasgos. Nos quedamos asombrados y absorbidos y no nos dijimos nada el uno al otro. Luego él dijo: “No tengáis miedo. Soy el ángel de la paz. Orad conmigo”.

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Lucía agregó que “él se arrodilló, doblando su rostro hasta el suelo. Con un impulso sobrenatural hicimos lo mismo, repitiendo las palabras que le oímos decir: “Dios mío, yo creo en Vos, yo os adoro, yo espero y yo os amo. Os pido perdón por los que no creen, no os adoran, no esperan y no os aman”. Después de repetir esta oración tres veces el ángel se incorporó y nos dijo: “Orad de esta forma. Los corazones de Jesús y María están listos para escucharos”. Y desapareció. Nos dejó en una atmósfera de lo sobrenatural que era tan intensa que estuvimos por largo rato sin darnos cuenta de nuestra propia existencia. La presencia de Dios era tan poderosa e íntima que aún entre nosotros mismos no podíamos hablar. Al día siguiente, también esta atmósfera nos ataba, y se fue disminuyendo y desapareció gradualmente. Ninguno de nosotros pensó en hablar de esta aparición o hacer ningún tipo de promesa en secreto. Estábamos encerrados en el silencio sin tan siquiera desearlo”.

Los tres pastorcitos no sospechaban que el ángel los estaba preparando para presenciar una nueva manifestación celestial, aún más impresionante y divina que la primera.

2) La Aparición de la Virgen María:

Al año siguiente la Virgen María se les aparecería a los tres niños por primera vez. Según relató Lucía, el domingo 13 de mayo de 1917 habían ido a pastorear sus ovejas como de costumbre a Cova da Iria. “Comenzamos a ir cuesta abajo llevando a las ovejas hacia el camino. Cuando estábamos en la mitad de la cuesta, cerca de un árbol de roble (el gran árbol que hoy en día está rodeado de una reja de hierro), vimos otro rayo, y después de dar unos cuantos pasos más vimos en un árbol de roble (uno más pequeño más abajo en la colina) a una señora vestida de blanco, que brillaba más fuerte que el sol, irradiando unos rayos de luz clara e intensa, como una copa de cristal llena de pura agua cuando el sol radiante pasa por ella. Nos detuvimos asombrados por la aparición. Estábamos tan cerca que quedamos en la luz que la rodeaba, o que ella irradiaba, casi a un metro y medio. “Por favor no temáis, no os voy a hacer daño”, nos dijo. Yo le pregunté: “¿De dónde sois?”. “Yo vengo del cielo”, nos respondió”.

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Lucía agregó que “la Señora vestía con un manto puramente blanco, con un borde de oro que caía hasta sus pies. En sus manos llevaba las cuentas del rosario que parecían estrellas, con un crucifijo que era la gema más radiante de todas. Nosotros no teníamos miedo, porque la presencia de la Señora sólo nos producía una especie de felicidad y un gozo confiado. “¿Qué queréis de mi?”, le pregunté. “Quiero que regreses aquí los días trece de cada mes durante los próximos seis meses a la misma hora. Luego te diré quien soy, y qué es lo que más deseo. Y volveré aquí una séptima vez”. Luego desapareció”.

Asombrados, los niños corrieron de regreso a su pueblo y anunciaron la aparición a todos los vecinos y familiares, pero casi nadie les creyó. Los niños, pese a algunas de las protestas de sus mayores, insistieron en que se les había ordenado a volver a Cova da Iria en el trece del mes siguiente. El párroco del lugar, el Padre Ferreira, sugirió que se les permitiera ir y que le llevaran a Lucia a él después para ser interrogada.

3) La Virgen anuncia la prematura muerte de Jacinta y Francisco:

En la segunda aparición, la Virgen María les reveló a los niños que Francisco y Jacinta morirían pronto y que Lucía viviría más tiempo para dar testimonio de las apariciones, difundir su mensaje y la devoción al Inmaculado Corazón. La Virgen también les pidió a los niños que “recen el Rosario todos los días para obtener la paz y el fin de la guerra”, refiriéndose a la Primera Guerra mundial, que se encontraba en su fase más sangrienta y álgida.

Jacinta Marto, Lucía dos Santos y Francisco Marto, los tres pastorcitos de Fátima.

Jacinta Marto, Lucía dos Santos y Francisco Marto, los tres pastorcitos de Fátima.

Lucia relató que al encontrarse con la Virgen por segunda vez, ella le preguntó a la Virgen “¿Nos llevará al cielo?”. La Virgen le dijo: “Sí, me llevaré a Jacinta y a Francisco muy pronto, pero tú te quedarás un poco más, ya que Jesús desea que tú me hagas conocer y amar en la tierra. Él también desea que tú establezcas devoción en el mundo entero a mi Inmaculado Corazón”. Lucía le preguntó entonces: “¿Debo permanecer en el mundo sola?”, a lo que la Virgen le contestó. “No sola, hija mía, y no debes estar triste. Yo estaré contigo siempre, y mi Inmaculado Corazón será tu consuelo y el camino que te llevará hacia Dios”.

Lucía contó que “en el momento en el que ella dijo las últimas palabras, abriendo sus manos, Ella nos transmitió por segunda vez el reflejo de esa luz intensa. En ella sentíamos que estábamos sumergidos en Dios. Jacinta y Francisco parecían estar en la parte de la luz que se elevaba hacia los Cielos, y yo en la parte que se derramaba sobre la tierra. En frente de la palma de la mano derecha de Nuestra Señora estaba un corazón rodeado de espinas que parecían clavársele. Entendimos que era el Inmaculado Corazón de María ofrecido por los pecados de la humanidad, deseando ansiosamente reparación”.

Virgen de Fátima pastorcitos

Los niños, tras contar lo que habían visto, sufrieron la incomprensión de los mayores. Algunos vecinos los acusaron de mentirosos, mientras que el Padre Ferreira decidió que las apariciones eran de origen satánico. Mientras tanto, miles de personas ya comenzaban a reunirse en Fátima tratando de informarse sobre las visiones y milagros.

Lo que los incrédulos ignoraban era que en los dos años siguientes se cumpliría la profecía de la Virgen. En octubre de 1918, Francisco cayó gravemente enfermo, al parecer con el previo conocimiento de su propia muerte. Antes de fallecer le dijo a su prima Lucía: “Sólo me queda un poco de tiempo antes de ir al cielo. Voy allá arriba, a consolar a Nuestro Señor y Nuestra Señora mucho. Jacinta va a rezar mucho por los pecadores, por el Santo Padre y por ti. Tú te vas a quedar aquí porque la Virgen lo desea. Escucha, haz todo lo que te dice”.

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Un año más tarde Jacinta enfermó de una neumonía bronquial. Luego sufrió un absceso en el pulmón y una llaga ulcerosa en su pecho antes que se le diagnosticara tuberculosis. La niña fue llevada en febrero de 1920 a Lisboa, donde falleció sin la presencia de sus padres o su prima Lucía. Las personas que la cuidaron informaron que la niña pareció tener tres visiones de la Madre de Dios antes que finalmente expirara. Lucía, que posteriormente ingresaría a la orden de las Carmelitas Descalzas y fallecería el año 2005 a los 97 años de edad, escribiría que “Jacinta voló al cielo en los brazos de nuestra Madre Celestial”.

4) Los pastorcitos tienen una visión del infierno:

La aparición de la Virgen el 13 de julio de 1917 sería la parte más controvertida del mensaje de Fátima, proveyendo un secreto en tres partes que los niños guardaron celosamente. Las primeras dos partes, la visión del infierno y la profecía del futuro rol de Rusia y cómo prevenirlo, no serían reveladas hasta que Lucía las escribió en su tercer diario, en obediencia al obispo, en 1941. La tercera parte, comúnmente conocido como el Tercer Secreto de Fátima, fue más tarde comunicado al obispo, quien lo envió sin leer al Papa Pío XII.

Lucía relató que una vez que La Virgen se apareció de nuevo sobre la encina, y habló con ellos, “mientras Nuestra Señora decía estas palabras abrió sus manos una vez más, como lo había hecho en los dos meses anteriores. Los rayos de luz parecían penetrar la tierra, y vimos como si fuera un mar de fuego. Sumergidos en este fuego estaban demonios y almas en forma humana, como tizones transparentes en llamas, todos negros o color bronce quemado, flotando en el fuego, ahora levantadas en el aire por las llamas que salían de ellos mismos junto a grandes nubes de humo, se caían por todos lados como chispas entre enormes fuegos, sin peso o equilibrio, entre chillidos y gemidos de dolor y desesperación, que nos horrorizaron y nos hicieron temblar de miedo. (debe haber sido esta visión la que hizo que yo gritara, como dice la gente que hice). Los demonios podían distinguirse por su similitud aterradora y repugnante a horrorosos animales desconocidos, negros y transparentes como carbones en llamas”.

VIRGEN DE FÁTIMA - Infierno

Lucía agregó que “horrorizados y como pidiendo auxilio, miramos hacia Nuestra Señora, quien nos dijo, tan amablemente y tan tristemente: “Habeis visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Es para salvarlos que Dios quiere establecer en el mundo una devoción a mi Inmaculado Corazón. Si vosotros hacéis lo que yo os diga, muchas almas se salvarán, y habrá paz. Esta guerra cesará, pero si los hombres no dejan de ofender a Dios, otra guerra más terrible comenzará durante el pontificado de Pío XII (Segunda Guerra Mundial). Cuando veáis una noche que será iluminada por una luz extraña y desconocida (esto ocurrió el 28 de Enero de 1938) sabréis que ésta, es la señal que Dios les dará y que indicará que está apunto de castigar al mundo con la guerra y el hambre, y con la persecución de la Iglesia y del Papa. Para prevenir esto, vengo al mundo para pedir que Rusia sea consagrada a mi Inmaculado Corazón, y pido que los primeros Sábados de cada mes se hagan comuniones en reparación por todos los pecados del mundo. Si mis deseos se cumplen, Rusia se convertirá y habrá paz, si no, Rusia repartirá sus errores alrededor del mundo, trayendo nuevas guerras y persecuciones a la Iglesia, los justos serán martirizados y el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, ciertas naciones serán aniquiladas. Pero al final mi Inmaculado Corazón triunfará y el Santo Padre consagrará a Rusia a Mi Inmaculado Corazón”. Luego, al igual que antes Nuestra Señora comenzó a ascender hacia el Este, hasta que finalmente desapareció en la inmensa oscuridad del firmamento”.

5) Se produce el “milagro del sol”:

En la sexta y última aparición de la Virgen, el 13 de octubre de 1917, se produjo el llamado “milagro del sol”, un inexplicable fenómeno que fue presenciado por 40 mil personas. En ese momento, la presión sobre los niños era intensa, por lo que fue Lucía quien habló con la Madre de Dios, pidiéndole un milagro para que todos creyeran en las apariciones.

Las crónicas cuentan que en Cova da Iria se encontraba ese día una gran multitud, incluyendo reporteros y fotógrafos de prensa abiertamente anticlericales. La incesante lluvia había parado y había una fina capa de nubes. En un determinado momento todos presenciaron algo inaudito: el sol pareció cambiar de colores y girar como una rueda. Otros testigos aseguraron que el sol se puso a temblar, en una especie de “danza”. El poeta Afonso Lopes Vieira y la maestra Delfina Lópes, quienes se encontraban en ese momento en la ciudad de Alburita, a cuarenta kilómetros de distancia, informaron que el fenómeno solar también fue visible para ellos.

Virgen Milagro del sol

El periodista ateo Avelino de Almeida, del diario portugués “O Século”, escribió que “desde lo alto de la carretera, donde se amontonan los carros y donde se hallan centenares de personas que no han tenido aliento para adentrarse en el barro, se ve a la inmensa multitud volverse hacia el sol, que está limpio de nubes, en pleno mediodía. El astro se asemeja a un disco de plata pálida y se le puede contemplar cara a cara sin ninguna molestia. Parece un eclipse. Pero he ahí que se eleva un colosal clamor y oímos que los espectadores más próximos a nosotros exclaman: “¡Milagro! ¡Milagro! ¡Maravilla!. Ante admirados ojos de este pueblo, cuya actitud nos traslada a los tiempos bíblicos y que, presa de espanto, descubierta la cabeza, mira hacia el cielo azul, el sol ha temblado, ha realizado unos movimientos bruscos nunca vistos, fuera de todas las leyes cósmicas; el sol “ha danzado”, según la expresión típica de los campesinos”.

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El diario de Lisboa “O Dia”, en su edición del 17 de octubre de 1917, relató que “a la una en punto de la tarde, mediodía solar, la lluvia cesó, el cielo de color gris nacarado iluminaba la vasta región árida con una extraña luz. El sol tenía como un velo de gasa transparente que hacía fácil el mirarlo fijamente. El tono grisáceo madre perla en que se tornó en una lámina de plata, que se rompió cuando las nubes se abrían y el sol de plata envuelto en el mismo velo de luz gris, se vio girar y moverse en el círculo de las nubes abiertas. De todas las bocas se escuchó un gemido y las personas cayeron de rodillas sobre el suelo fangoso…..La luz se tornó en un azul precioso, como si atravesara el vitral de una catedral y esparció sus rayos sobre las personas que estaban de rodillas con los brazos extendidos. El azul desapareció lentamente y luego la luz pareció traspasar un cristal amarillo. La luz amarilla tiñó los pañuelos blancos, las faldas oscuras de las mujeres. Lo mismo sucedió en los árboles, las piedras y en la sierra. La gente lloraba y oraba con la cabeza descubierta ante la presencia del milagro que habían esperado. Los segundos parecían como horas, así de intensos eran”.

Tio Marto, padre de los pastorcitos Jacinta y Francisco, relató en tanto que “podíamos mirar con facilidad el sol, que por alguna razón no nos cegaba. Parecía tililar primero en un sentido y luego en otro. Sus rayos se esparcían en muchas direcciones y pintaban todas las cosas en diferentes colores, los árboles, la gente, el aire y la tierra. Pero lo más extraordinario para mí, era que el sol no lastimaba nuestros ojos. Todo estaba tranquilo y en silencio y todos miraban hacia arriba. De pronto, pareció que el sol dejó de girar. Luego comenzó a moverse y a danzar en el cielo, hasta que parecía desprenderse de su lugar y caer sobre nosotros. Fue un momento terrible”.

6) La Virgen de Fátima salva al Papa Juan Pablo II de la muerte:

El 13 de mayo de 1981, precisamente cuando los fieles católicos del mundo celebraban la fiesta de Nuestra Señora de Fátima, el terrorista turco Mehmet Ali Agca intentó asesinar al Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro. Agca le disparó al Sumo Pontífice en cuatro oportunidades: dos de las balas se alojaron en su intestino inferior, mientras que las otras golpearon su mano izquierda y el brazo derecho. Otra bala, milagrosamente, estuvo a punto de alcanzar su aorta central por unos pocos milímetros; de haber alcanzado la bala esta arteria, el Santo Padre habría sido muerto instantáneamente.

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Juan Pablo II perdió casi tres cuartas partes de su sangre y sufrió un shock por desangramiento, por lo que debió ser sometido a cinco horas de cirugía intestinal de emergencia en el hospital. Mientras se recuperaba en el hospital, el Santo Padre pidió el sobre que contenía el Tercer Secreto de Fátima y después de leerlo, se habría dado cuenta de la conexión entre el intento de asesinato y los vaticinios de la Virgen de Fátima. El Papa, que estuvo consciente hasta el momento de entrar al quirófano, afirmó posteriormente que presintió que sobreviviría, creyendo de corazón en la intercesión de la Virgen María, Nuestra Señora de Fátima (se dice que, en una de sus famosas apariciones a los tres pastorcitos, la Virgen les habría profetizado a los tres niños que un “Obispo de blanco” sería atacado).

El Papa Juan Pablo II y la hermana Lucía dos Santos,  la única de los tres pastorcitos de Fátima que quedó con vida después de la aparición de la Virgen.

El Papa Juan Pablo II y la hermana Lucía dos Santos, la única de los tres pastorcitos de Fátima que quedó con vida después de la aparición de la Virgen.

Durante la próxima década Juan Pablo II visitó el santuario de Fátima a menudo, acreditando a la Virgen de Fátima haber salvado su vida. En 1994, el Papa, que donó la bala que lo había herido al santuario de Fátima, donde fue colocada en la corona de la estatua de la Virgen, aseguró que “fue la mano de nuestra madre la que desvió la bala de su camino y en el Papa agonizante se detuvo en el umbral de la muerte”.

7) El temido Tercer secreto de Fátima:

Los pastorcitos Lucía, Jacinta y Francisco fueron los depositarios de los llamados tres secretos de Fátima, que están contenidos en la visión que tuvieron entonces. Los dos primeros fueron hechos públicos por el Papa Pío XII en 1942. El primero se refería a la visión del infierno, que fue interpretado como una denuncia del ateísmo y las persecuciones contra la iglesia. El segundo hablaba de una “guerra todavía peor” a la que se estaba produciendo en ese momento –Primera Guerra Mundial- , pedía penitencia a los cristianos y a la conversión de Rusia.

En cuanto al Tercer Secreto de Fátima, ninguno de los Papas a partir de 1960 quiso divulgarlo y recién el 13 de mayo del 2000 el Secretario de Estado Vaticano, Angelo Sodano, lo hizo público leyendo lo que en su oportunidad escribió Sor Lucía. Este Tercer secreto decía en una de sus partes que “…el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino. Llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas. Y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles, cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios”.

El Papa Francisco, quien según algunos estudiosos de diversas  profecías sería el último Papa.

El Papa Francisco, quien según algunos estudiosos de diversas profecías sería el último Papa.

Si bien este Tercer Secreto se interpretó como la profecía del atentado contra Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro en 1981, algunos grupos fatimistas afirman que el Tercer Secreto de Fátima no fue revelado en su totalidad, por cuanto hablaría de la apostasía de la Iglesia y el Armagedón o Fin de los Tiempos. El Padre Paul Kramer, uno de los mayores estudiosos del Tercer Secreto de Fátima del mundo, opinó que “las palabras de la Virgen ocultadas por el Vaticano en 1960 explicarían verdaderamente cómo el Papa es ejecutado fuera de la ciudad semi-derruida. Ese hecho es la culminación de una serie de sucesos catastróficos, incluyendo no solo el llamado Vaticano II y el asalto de la Iglesia por los liberales modernistas dentro de sus estructuras. El Tercer Secreto también profetiza que la III Guerra Mundial posiblemente deje Roma en ruinas”.

El Santuario de Fátima, ubicado en la Cova da Iria, es uno de los más importantes santuarios marianos del mundo.

El Santuario de Fátima, ubicado en la Cova da Iria, es uno de los más importantes santuarios marianos del mundo.

Independiente del misterio que todavía se sigue tejiendo en torno al Tercer Secreto de Fátima, lo único cierto es que el 13 de octubre de 1930, el Obispo de Leiria (ahora Leiria-Fátima) proclamó las apariciones de Fátima como auténticas. Y la que fuera una humilde aldea agrícola de Portugal está convertida hoy en uno de los mayores santuarios católicos y marianos del mundo.

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