Dacre Calder Stoker es un escritor canadiense de 66 años y sobrino bisnieto del célebre Bram Stoker, el escritor irlandés creador de la clásica novela “Drácula”.

Él participa en la gestión de la propiedad intelectual de su antepasado, ha escrito una secuela de “Drácula”, inspirada en parte en notas manuscritas de su ancestro y organiza actualmente viajes a Dublín (Irlanda), Whitby (Inglaterra) y Cruden Bay (Escocia) para visitar los lugares donde Bram Stoker vivió, se educó, trabajó, investigó y escribió “Drácula”.

También dirige grupos a Transilvania para explorar la vida y la obra del histórico rey Vlad Drácula III, así como los lugares donde Bram Stoker ambientó su famosa novela.

Según Dacre Stoker, sobrino-bisnieto de Bram Stoker, la historia de “Drácula” escrita por su ilustre antepasado podría haber estado inspirada en eventos que vivió su propia familia.

En su libro “Dracul” (2018), coescrito con J.D. Barker, se presenta la teoría de que Bram Stoker, siendo un niño frágil y enfermizo, fue cuidado por una misteriosa mujer llamada Ellen Crone, quien le proporcionaba su sangre de una manera muy peculiar, mejorando su salud drásticamente.

Años después, Bram y su familia descubrieron que esta mujer no envejecía y que estaba vinculada a un ser siniestro, al que llamaban “El No Muerto”.

Dacre Stoker ha afirmado que su novela “Dracul” se basa en notas inéditas de su antepasado y que Bram Stoker no tenía originalmente pensado titular su obra como “Drácula”, sino “El No Muerto” (“The Un-Dead”). También ha relatado que muchos de los elementos sobrenaturales de la novela pudieron haber surgido de experiencias personales de Stoker, no solo de las leyendas de Vlad III el Empalador y del folclore rumano de Europa del Este.

Según relata Dacre Stoker en su libro, su antepasado Bram Stoker nació en 1847 en Dublín, Irlanda, y desde pequeño fue un niño débil y enfermizo. Incapaz de caminar por sí solo hasta los siete años, su madre, Charlotte Stoker, solía envolverlo en mantas, hasta que un día llegó al hogar una misteriosa niñera llamada Ellen Crone, una mujer extraña y de apariencia etérea, con una piel tan pálida que casi parecía transparente.

La familia Stoker jamás comprendió cómo sucedió, pero con Ellen en la casa, el pequeño Bram no sólo recuperó la salud, sino que desarrolló una resistencia física fuera de lo común, transformándose en el mejor atleta de su clase y en un estudiante brillante con una mente curiosa e inquisitiva.

Matilda Stoker, la hermana de Bram, fue la primera en percatarse de los extraños hábitos de Ellen Crone. La niñera no comía con la familia, se retiraba temprano por las noches y, ocasionalmente, cuando creían que dormía, la encontraban inmóvil, con los ojos abiertos en la oscuridad.

Matilda relataría que lo más perturbador de la niñera era la forma en que cuidaba a Bram. En las noches en que el niño tenía fiebre, Ellen se sentaba a su lado, tomaba su mano y, con un alfiler, se pinchaba la palma. Luego, presionaba la herida contra los labios del niño, dejando que la sangre goteara en su boca. Un día, sin previo aviso, cuando Bram ya era un chico sano y fuerte, Ellen Crone desapareció.

Los años transcurrieron, pero los hermanos Stoker jamás olvidaron a Ellen Crone. Tras investigar concienzudamente, finalmente encontraron su rastro. Ellen vivía en un pueblo alejado, en una pequeña casa junto a un cementerio, pero lo increíble era que no había cambiado físicamente en absoluto. No había envejecido ni un sólo día.