En el parque nacional de Koli, al este de Finlandia, se encuentra la llamada “Iglesia del diablo” (“Pirunkirkko” en su idioma original), una cueva de 34 metros conocida desde hace siglos en el folklore local por ser el lugar donde los sabios y curanderos se reunían para contactar con el mundo de los espíritus y del Más Allá. Incluso hasta el día de hoy, el misterioso sitio todavía es visitado por practicantes del chamanismo, que organizan ceremonias y sesiones de tambores en el interior de la cueva.

Según los registros históricos locales, el más célebre de esos sabios fue un hombre conocido como Kinolainen (también llamado Tossavainen), quien usaba la “Iglesia del diablo” para celebrar rituales mágicos. Este personaje llevaba a sus pacientes a la ‘iglesia’ para hablar con el diablo sobre las causas y curas de sus dolencias, llevando a cabo “diversos tipos de rituales curativos que a menudo incluían gritos fuertes, pisotones, disparos y golpes”.

Intrigadas por toda la fama paranormal que envuelve a la célebre cueva, Riitta Rainio, arqueóloga de la Universidad de Helsinki, y Elina Hytönen-Ng, especialista en estudios culturales de la Universidad de Finlandia Oriental, hicieron varias pruebas al interior de la “Iglesia del diablo” y descubrieron que el lugar albergaba un fenómeno de resonancia distintivo que amplificaba y alargaba el sonido en una frecuencia específica, lo que puede haber influido en la generación de las creencias y experiencias misteriosas asociadas con la cueva.

De acuerdo a estas dos investigadoras, entonces, se podría postular que la resonancia que se produce en el interior de la “Iglesia del diablo” constituyó desde hace siglos un fenómeno sonoro excepcional para los habitantes de la región. “Donde un investigador de la acústica escucha como resonancia, las personas del pasado pueden haber sentido la presencia de un espíritu, y un practicante chamánico puede sentir la presencia de una energía excepcional, cada uno según su origen”, comentaron.