El año 2003 el actor y director Mel Gibson, decidido a filmar una realista película hablada en arameo y latín que iba a narrar las últimas horas y el martirio de Jesucristo, se reunió con el actor estadounidense Jim Caviezel para preguntarle si estaba dispuesto a personificar al personaje principal. “Quiero que seas consciente de lo que vas a hacer. Puede que no vuelvas a trabajar”, le advirtió Gibson a Caviezel, quien le respondió: “Mel, esto es en lo que yo creo. Todos tenemos que llevar una cruz. Yo tengo que llevar mi propia cruz. Si no llevamos nuestras propias cruces, vamos a ser aplastados por su peso. Así que, vamos a hacerlo”.

Luego que ambos acordaran que Jim Caviezel interpretaría a Jesucristo en la película que se llamaría “La Pasión de Cristo”, el actor le hizo una sorprendente revelación a Mel Gibson que, años más tarde, a más de alguno le erizó la piel. “Mel, no sé si te has dado cuenta, pero mis iniciales son J.C (las mismas iniciales de Jesucristo o ‘Jesus Christ’ en inglés) y tengo 33 años, la misma edad que Jesús tenía cuando murió en la cruz”.

Además de esta “coincidencia”, durante el rodaje de “La Pasión de Cristo” ocurrirían varios hechos extraños, que muchos creyentes interpretarían como señales enviadas del Cielo. El asistente de dirección Jan Michelini, por ejemplo, reveló en una entrevista que un rayo había caído sobre el actor Jim Caviezel mientras filmaban en una zona alejada de Roma: “¡Vi humo saliendo de las orejas de Caviezel!” declaró Michelini, quien agregó que el actor se salvó milagrosamente de la muerte tras el insólito evento.

A todo lo anterior hay que mencionar que Jim Caviezel, durante el rodaje de algunas de las escenas más crudas de la película, como aquella en que Jesucristo es flagelado por los soldados romanos o es clavado en la cruz, se dislocó el hombro y sufrió quemaduras importantes en las rodillas.

En una de las escenas en que le tocó cargar la pesada cruz de madera, Caviezel, de hecho, cayó de verdad y la cruz le cayó encima, golpeándolo con violencia y haciéndolo sangrar del rostro y boca. De ese modo, los espectadores de “La Pasión de Cristo” verían en la pantalla heridas y sangre verdaderas y no elaboradas gracias a la magia del maquillaje.

El mismo Jim Caviezel confirmaría años después que, mientras intentaba “actuar” el sufrimiento que había sufrido Jesús durante su calvario, su propio cuerpo también experimentó el sufrimiento físico: “Mi hombro estaba torcido y se dislocaba cada vez que alguien golpeaba la cruz. Mientras rodábamos las escenas de la flagelación, los látigos me golpearon dos veces y tuve una herida de 14 centímetros en mi espalda. Mis pulmones estaban llenos de fluido y tenía neumonía. Todo eso me forzó a rezar y en muchos momentos del rodaje sentí de verdad la presencia de Dios en el set, la presencia de algo intangible que me acompañaba”.

El decisivo papel de satanás en “The Passion of the Christ”, un misterioso y andrógino personaje encapuchado que aparece en momentos claves de la película, como la secuencia en que Jesús reza de noche en el Jardín de Getsemaní o es cruelmente flagelado por los legionarios romanos, estuvo a cargo de la actriz italiana Rosalinda Celentano, hija del también actor y artista italiano Adriano Celentano.

La actriz ha revelado que, durante el rodaje de “La Pasión de Cristo”, vieron a unos misteriosos hombres vestidos de blanco que se dedicaron a dar consejos acerca de cómo recrear las escenas. Lo extraño es que nadie, incluso la misma gente de producción, parecía conocer a estos individuos a los que, una vez finalizada la grabación, jamás se les volvió a ver.

¿Quiénes eran? ¿Fue algún truco místico de Mel Gibson? ¿O eran ángeles enviados del Cielo? Hasta el momento nadie ha aclarado ese misterio.