A fines del 2023 se estrenó la película “La Sociedad de la Nieve”, magistral y emotiva cinta dirigida y escrita por el cineasta español J. A. Bayona, basada en el libro homónimo de Pablo Vierci que narraba los dramáticos pormenores y consecuencias del tristemente célebre accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en la Cordillera de los Andes en 1972, avión que transportaba a cinco tripulantes y 40 pasajeros, incluidos 19 jóvenes miembros del equipo de rugby Old Christians Club, junto con algunos familiares, simpatizantes y amigos, quienes venían a Santiago de Chile a disputar un partido amistoso.

Como los anales de la historia recordarán, la aeronave despegó del Aeropuerto uruguayo de Carrasco el jueves 12 de octubre de 1972. Sin embargo, cuando el aparato cruzaba la cordillera de Los Andes para llegar a nuestro país, a unos 60 kilómetros de la ciudad de Curicó, el avión descendió antes de tiempo, impactando contra el borde de una montaña.

Las dos alas y la sección de cola se desprendieron del fuselaje, mientras que el resto del avión se deslizó por la ladera de una montaña a una velocidad aproximada de 350 km/h, descendiendo unos 725 metros antes de estrellarse contra el hielo y la nieve de un glaciar. Tres miembros de la tripulación y diez pasajeros fallecieron de inmediato por el impacto y cuatro personas fallecieron durante la primera noche debido a las gélidas temperaturas y a sus graves heridas. En las semanas siguientes fallecerían doce más, entre ellos ocho por un alud de nieve.

Los 16 sobrevivientes del vuelo 571 sufrieron penalidades indecibles —como la congelación, la sed y el hambre—, que los llevaron a recurrir a la antropofagia para seguir con vida.​ El sobreviviente Roberto Canessa describió de este modo la decisión de comerse a los pilotos y a sus amigos y familiares muertos:

“Nuestro objetivo común era sobrevivir, pero lo que nos faltaba era comida. Hacía tiempo que nos habíamos quedado sin las exiguas cosechas que habíamos encontrado en el avión y no había vegetación ni vida animal. Después de solo unos días, sentimos la sensación de que nuestros propios cuerpos se consumían solo para seguir vivos. En poco tiempo, nos volveríamos demasiado débiles para recuperarnos del hambre. Sabíamos la respuesta, pero era demasiado terrible contemplarla.

Los cuerpos de nuestros amigos y compañeros de equipo, conservados en el exterior en la nieve y el hielo, contenían proteínas vitales y vivificantes que podrían ayudarnos a sobrevivir. ¿Pero podríamos hacerlo? Durante mucho tiempo, agonizamos. Salí a la nieve y oré a Dios para que me guiara. Sin su consentimiento, sentí que estaría violando la memoria de mis amigos; que estaría robando sus almas. Nos preguntábamos si nos volveríamos locos incluso por contemplar tal cosa. ¿Nos habíamos convertido en unos brutos salvajes? ¿O era esto lo único sensato que podía hacer? En verdad, estábamos superando los límites de nuestro miedo”.

Cuando comenzaron los deshielos y el clima mejoró, el 12 de diciembre de 1972 el mismo Roberto Canessa y Nando Parrado, dos de los jóvenes rugbistas uruguayos que iban en el avión, escalaron sin equipo un pico montañoso de 4650 m s. n. m. y, tras recorrer unos 60 km, descendieron hacia los fértiles valles de Chile central, donde se encontraron con el arriero chileno Sergio Catalán,​ quien los acogió en su casa y dio inmediato aviso del hallazgo de los dos sobrevivientes a las autoridades.​

El 23 de diciembre de 1972, 72 días después del accidente, se rescataron a los últimos sobrevivientes que habían quedado en el fuselaje. Desde entonces, ese dramático hecho sería conocido como “El Milagro de Los Andes”, pues los 16 sobrevivientes, contra todos los pronósticos, lograron superar a un accidente aéreo, a las gélidas temperaturas, al hambre, a la sed e incluso a un gigantesco alud de nieve.

Increíblemente, este impactante accidente que inspiró la película “La Sociedad de la Nieve” fue vaticinado más de 500 años antes por el célebre médico y astrólogo francés Michel de Nostradamus (1503-1566), en su ya famosa obra profética “Les Prophéties”, escrita en un lenguaje críptico y enigmático en 1555.

El vidente más famoso de la historia, en la centuria II, cuarteta 75, se refiere concretamente al “Milagro de los Andes”, mencionando al avión (al cual llamada “insólito pájaro”) y la drástica pero inevitable decisión de los sobrevivientes de alimentarse con los cuerpos de sus compañeros ya muertos.

La impactante y reveladora cuarteta profética del sabio francés decía lo siguiente: “La voz oída del insólito pájaro, sobre el cañón del respiral suelo. Tan alto se elevará del grano la tarifa, que el hombre del hombre será antropófago”.