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Capital de riesgo y capital privado, principales características

Si bien ambos tipos de fuentes de financiamiento difieren esencialmente en la etapa del ciclo de vida de un negocio en que éstos intervienen, en ambos casos por lo general se trata de proyectos que ofrecen alta rentabilidad, orientados a un mercado en crecimiento.
Capital de riesgo

Foto: El Mercurio

El capital de riesgo está enfocado en empresas nuevas cuyo posibilidad de generar utilidades es incierta.

¿De qué se trata y por qué es importante el capital de riesgo? El capital de riesgo es una forma de financiar empresas que están naciendo y que no tienen un historial que permita confiar en sus resultados o tener la seguridad de que se recibirán retornos por el dinero que se le preste.

El capital privado, en tanto, es una fuente de financiamiento de empresas con una historia exitosa y perspectivas de alto crecimiento que, por ende, requieren una inyección de recursos frescos para concretar dicho potencial.

Si bien ambos tipos de fuentes de financiamiento difieren esencialmente en la etapa del ciclo de vida de un negocio en que éstos intervienen, en ambos casos por lo general se trata de proyectos que ofrecen alta rentabilidad, orientados a un mercado en crecimiento con una demanda potencial importante y con posibilidades de conquistar mercados externos. Uno de los aspectos claves para los inversionistas es que requieren tener claro ex–ante la estrategia de salida.

Por otra parte, el sector como tal existe hace muchos años en Chile -la industria de los fondos de inversión data de hace más de 20 años ya que la Ley 18.815 que los regula fue promulgada en 1989- y en la actualidad hay más de US$ 300 millones disponibles para este tipo de inversiones.

El encadenamiento de las distintas etapas de financiamiento no ha sido ni es fluido. Es muy difícil para un inversionista de una etapa poder vender su participación a un tercero (take out) al fin de su período óptimo de inversión. Aspectos tributarios, falta de fondos extranjeros, limitado tamaño del mercado local y preparación de emprendedores explicarían tal resultado.

Por otra parte, los fondos de inversión que invierten en capital de riesgo y capital privado le aportan a los emprendedores no sólo recursos financieros iniciales y, de ser necesario, recurrentes, sino que los apoyan en su definición estratégica; mejoran su gobierno corporativo con redes de contactos; pueden atraer nuevos talentos a la compañía; y generan una mejor llegada con otras fuentes de financiamiento, entre otros aspectos positivos.

¿Por qué es necesario buscar financiamiento privado externo?

Capital de riesgo

Foto: El Mercurio

Todo emprendedor debe contar con auditorías externas para poder optar por cualquier tipo de financiamiento.

Por la dificultad (o imposibilidad) para obtener deuda o acceder a los mercados, de hecho entre más crecen las empresas pequeñas, más ávidas de capital se ponen. Además, en general hay un período largo de tiempo antes de empezar a recibir caja (“curva-J”).

Sin embargo, lo anterior implica una serie de exigencias a los emprendedores en términos de, por ejemplo, formalidad, profesionalización, contar con planes de negocio estructurados, indicadores y control de gestión, contabilidad auditada externamente por  empresas de prestigio y, no menos importante, perder el miedo a no ser siempre “controladores”.

Desde un punto de vista social, su importancia deriva de múltiples beneficios que esta actividad puede generar, tales como creación de nuevas fuentes de trabajo; modernizar y profesionalizar empresas; acelerar el aumento en la productividad del país; ampliar y diversificar exportaciones; generar actividad económica alrededor de nuevas empresas y negocios afines, entre otros.

Por todos estos motivos, el Estado en Chile ha sido un gran soporte de esta industria, con un fuerte apoyo de la CORFO a través de distintas líneas de financiamiento tanto a emprendedores como al capital de riesgo.

Los factores de éxito clave en esta industria están relacionados con el ciclo económico; el contar con administradores experimentados; emprendedores mejor preparados y adecuadamente asesorados; un mercado de capitales público activo; un mayor de desarrollo mercado secundario (fondos que compran a otros fondos); y mejorar la actual normativa.

En definitiva, la industria de capital de riesgo se encuentra en una posición expectante en nuestro país y próximamente debiéramos empezar a ver los resultados concretos de los esfuerzos privados y públicos en este ámbito.

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