La historia del estadounidense Joe DiMeo es una ventana de esperanza para miles de personas en el mundo que han sufrido quemaduras de consideración en su cuerpo.

Y es que se trata del primer caso exitoso de un trasplante de manos y rostro en el mundo. Un hito que en este caso implicó procedimientos quirúrgicos que buscaron resultados inéditos.

Joe DiMeo tiene 22 años y en julio del 2018 sufrió un grave accidente automovilístico que lo dejó con quemaduras de consideración en el 80% de su cuerpo.

A raíz del accidente, DiMeo fue internado y recién tres meses después despertó en un hospital y con 20 cirugías reconstructivas en su cuerpo. Una buena noticia, pero que tenía bemoles.

El joven estadounidense había logrado sobrevivir al volcamiento y posterior incendio de su automóvil, pero en su cuerpo permanecían las huellas de la traumática experiencia.

Dedos amputados, no tenía labios y los párpados estaban fusionados. Eran solo algunos de los problemas que debió enfrentar DiMeo. Sin embargo, más allá de los problemas, el joven nunca cambió su actitud positiva ante la vida.

Por lo anterior es que en el 2019 el estadounidense recurrió al doctor Eduardo Rodríguez, reconocido experto de cirugías reconstructivas en el NYU Langone Hospital, en la ciudad de Nueva York.

La idea era clara: buscar una mejora significativa en la vida de DiMeo, pero la tarea no era fácil. En el mundo ha habido cerca de 50 trasplantes de rostro y 100 de manos. No obstante, nunca se habían realizado ambos procedimientos al mismo tiempo. Peor aún, la llegada del Covid complicó las cosas.

Sin embargo, el 10 de agosto pasado apareció el donante ideal para Joe DiMeo y el camino se allanó para lo que hoy es una realidad: el primer caso exitoso de un trasplante de rostro y manos en el mundo.

“Cuando completamos esta operación y miré a Joe con una nueva cara y dos brazos que se ven perfectos, estaba tan orgulloso de este equipo que se unió, y más aún a través de esta gran crisis de salud que ninguno de nosotros ha experimentado nunca, y lo logramos”, reconoció Rodríguez a People respecto a una cirugía que se prolongó por 23 horas.

“Me siento realmente agradecido”, dijo DiMeo. “Puedo sentir el pelaje de mi perro, o cuando lame mi palma, y eso me hace feliz. Son las pequeñas cosas que haces todos los días, y no sabes que se han ido hasta que las pierdes”, fueron las palabras con que el joven estadounidense definió lo que está viviendo.

Mira acá, el antes y después: