Este año y medio fue una eternidad para los argentinos, que, debido a la pandemia de Covid, fueron privados de la máxima expresión de su pasión: ver un partido de fútbol desde las gradas. Alrededor de 21.000 hinchas se aguantaron el mal clima y agotaron las entradas para presenciar el choque ante Bolivia en el Monumental de Buenos Aires, por las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a Qatar 2022.

Y la alegría fue por triplicado para los transandinos: no sólo rompieron con la “abstinencia” de cancha, sino que, además, pudieron vibrar con el triunfo, celebrar la obtención de la reciente Copa América y ovacionar a los héroes del Maracaná.

A pesar de las lluvias durante toda la semana, los hinchas agotaron las entradas.

A pesar de que las tribunas estaban a un tercio de su capacidad total, el clima festivo fue ensordecedor desde la previa. No era para menos: por primera vez en este milenio, se escuchó el tradicional grito de “¡dale, campeón!” en un compromiso de la selección argentina. Pero eso sólo fue el comienzo: el himno se entonó con una energía reprimida que pocas veces se había visto, mientras que a los diez minutos los fanáticos le cantaron a Diego Maradona, fallecido el pasado 25 de noviembre.

Las grandes explosiones de la noche: los dos golazos de Lionel Messi, quien, además, se llevó la gran ovación. ¿El segundo más aclamado? Nada menos que el autor del tanto que valió la Copa América, Ángel Di María, quien tantas veces había sido resistido por el mismo público. También hubo fuertes reconocimientos a Lionel Scaloni y Rodrigo de Paul.

Y, por supuesto, también hubo tiempo para acordarse de Brasil, al que le dedicaron “un minuto de silencio”. La fiesta no podía ser completa sin una dedicatoria al acérrimo rival.

Los hinchas se acordaron de Maradona.