Las redes sociales de la bloguera, maquilladora e “influencer” Sondos Alqattan se transformaron en un hervidero de críticas cuando decidió entregar su opinión acerca de las medidas que tomó el gobierno de Kuwait de conceder derechos a los empleados de hogar en torno a la política de protección contra el abuso laboral.

La celebridad iraquí, que cuenta con 2,3 millones de followers en Instagram, mostró su oposición a la medida laboral humanitaria publicando un video en el que criticaba la decisión gubernamental, afectada por tantas libertades civiles para la población más vulnerable e inmigrantes.

Alqattan compartió su malestar por las medidas que el Gobierno de Kuwait pretende favorecer al personal doméstico filipino, ya que ahora tienen permitido tener un día libre a la semana, con el derecho de poder mantener el pasaporte en su poder sin necesidad de entregarlo a sus jefes.

“Las nuevas leyes recién aprobadas son patéticas. Sinceramente, no estoy de acuerdo. Si una criada se toma un día libre a la semana, al final son cuatro días al mes, que son los días que ella no estará. Y no sabemos lo que estará haciendo esos días con el pasaporte en su poder. ¿Cómo puedes tener a una sirvienta en casa que lleva el pasaporte consigo? Si se escapan y se van de vuelta a su país, ¿quién le va a compensar? Ya no quiero una criada filipina”, argumentaba Alqattan.

Pese a su enorme belleza y popularidad, la que ha cultivado como una líder de opinión y rostro de la industria del maquillaje, sus dichos provocaron una oleada de críticas por hacer “apología de la esclavitud”, ganándose el apelativo de ser “la cara de la esclavitud moderna”.

Los seguidores ofuscados instaron a las empresas de belleza que la patrocinan a desvincularse de ella, por la actitud racista y favorable a la esclavitud. La mayor parte de ellos hizo notar la contradicción existente su belleza exterior y su actitud anacrónica. “Cara bonita, pero actitud fea”, sentenciaron.

En Kuwait, país de residencia de Alqattan, se practica el sistema “kafala” que obliga a los trabajadores inmigrantes que trabajan en la construcción y las tareas domésticas a quedar bajo el control de algún habitante local que los contrate, que se haga responsable de su visado y de su estadía legal.