Dicen que cuando la fama o la popularidad tocan a tu puerta no queda más remedio que aceptar la oportunidad. Eso fue lo que le sucedió a una de las modelos brasileñas más cotizadas del momento.

Su nombre es Beatriz Rosa, tiene 18 años, y a diferencia de sus colegas que han sido descubiertas a través de castings o en alguna visita a un centro comercial o una discoteca, ella saltó a la fama en su lugar de trabajo: un cementerio.

La bella maniquí, que deslumbró en la semana de la moda de Sao Paulo, trabajaba en el cementerio de su ciudad natal Jacareí. Ahí apoyaba a sus padres en las labores de mantención de las tumbas y mausoleos.

La merecedora de tal acierto fue una señora que visitaba el camposanto, quién se topó con la muchacha un día cualquiera. Inmediatamente se la presentó a su hermana que es fotógrafa, le hicieron unas cuantas fotos y desde ese momento su historia de esfuerzo se transformó en un cuento de hadas.

“El trabajo en el cementerio es como cualquier otro. Trabajo para ayudar a mis padres y también comprar mis cosas. Nunca tuve miedo. Desde pequeña, ellos me enseñaron que era el ciclo de vida, así que aprendí a respetar mucho a las personas sepultadas allí. Siempre lo he visto como algo normal”, contó la modelo en entrevista con la red O Globo.

Dueña de una silueta perfecta, un rostro angelical y sólo 1.62 metros de altura, su historia llegó hasta el programa de televisión “Más usted”, quienes la ayudaron para que fuera contratada por la agencia de modelos Ford.

Y ahora la rubia cuenta con una larga lista de marcas que quieren trabajar con ella, siendo el inicio de una larga y prometedora carrera. De todos modos ella no pierde el horizonte y espera ingresar a la universidad y ayudar a su familia económicamente.