Desde que el mundo es redondo, los hombres han sido cuestionados porque su principal foco de atención sería el sexo desde sus más variadas ópticas, como los mejores lugares donde practicarlo, las mejores posiciones para disfrutarlo y las mejores parejas para ejecutarlo.

En ese sentido, la mente de los hombres genera controversias más allá del limite de la razón. Mientras que para algunos es un enigma que ha movido históricamente a investigadores para incursionar en su estudio, desde el género femenino simplifican esa gran cosmovisión masculina a sólo tres cosas: Sexo, comer y dormir.

Y aunque cueste tener un grado de objetividad frente a la discusión, la ciencia ha salido a dilucidar el misterios entregando respuestas bajo la siempre ecuánime metodología de la investigación, tal como acaba de suceder con un estudio de la Universidad de Ohio que reveló los temas que más preocupan la mente de un hombre.

De partida, la tesis plantea efectivamente que los hombres piensan en sexo, pero no a cada momento sino que también dedican delicados procesos neuronales y cognitivos para pensar también en comer y dormir. Respuesta obvia, dirían algunas, pero lo controversial que afirma el estudio es que los hombres en lo que menos piensan es en el sexo.

De acuerdo con la profesora Terri Fisher, los resultados del estudio realizado a 163 hombres y mujeres registró el número de veces que ellos pensaron en sexo, comida y descanso. Y las pruebas arrojaron curiosas conclusiones.

Por ejemplo, la mayor parte de los hombres registraron que tuvieron deseos sexuales una vez durante el día, con frecuencia promedio de una hora, en cambio más de una vez, incluso varias veces, pensaron más en comer y en dormir.

Y lo más llamativo aún, es que la prioridad para estas tres actividades es sólo masculina, ya que las mujeres tienen otras.

Según la sicóloga estadounidense, los hombres andan más pendientes de este tipo de pensamientos por un factor cultural, ya que históricamente han sido educados para disfrutar, mientras que a las mujeres se les formó con responsabilidades.

“Los hombres tiene más mecanismos que disparan pensamientos de comida, lo que ven o huelen durante el día se asocia a la comida en su mente, y como estos disparadores son más comunes que los que incitan a pensar en sexo, pues por eso dominaron en la encuesta”, explicó la psicóloga Jo Hemmings.

Y aunque los hombres están más preocupados de sus estómagos, siguen pendientes y programados para pensar en sexo muchos más veces que las mujeres. De hecho, las mujeres el sexo no aparece como prioridad y primero tienen en cuenta las responsabilidades de la administración del hogar y el cuidado de la familia.