Cuando la tenista serbia Ana Ivanović, ex número uno del mundo y campeona de Roland Garros en 2008, decidió retirarse del tenis hace un par de años, un enorme vacío quedó en el circuito femenino y en el corazón de sus millones de seguidores en el mundo entero.

“Tenía 20 años cuando gané un Grand Slam y luego me convertí en la número uno. En ese momento, todo cambia, desde la pura alegría de entrenar y la alegría de la competición hasta que de repente tienes que ganar o ya no serás el número uno”, señaló en una reciente entrevista.

“No me gustaba eso, sólo quería jugar al tenis que es lo que me encanta. Estaba en el punto de mira. Llegar al número uno no era mi sueño, mi sueño era jugar al tenis, disfrutarlo y ganar partidos y torneos. Fue un poco difícil adaptarme a aquello y también a la recuperación física”, dijo respecto a cómo le afectó la presión y las lesiones para dejar el tenis.

Y si bien con solo 20 años alcanzó la cima del ranking y cerró un 2008 increíble, a los 29 años abandonó la actividad debido a una recurrente lesión en la muñeca, de la que nunca estuvo un 100%. Al final cerró su historia en 15 títulos WTA, jugado tres finales de Grand Slam (un título) y Fed Cup.

Actualmente, la ex tenista serbia está casada con el  futbolista alemán y campeón del mundo Bastian Schweinsteiger, con el cual  tiene dos hijos. Su vida es bastante tranquila, muy hogareña y dedicada a la crianza. Labores que mezcla con el rol de Embajadora de Deportes y Vida Sana de UNICEF.

Sin embargo, no ha podido dejar la exposición pública, ya que sus fanáticas aún no la olvidan. Sus redes sociales tienen miles de seguidores y en ellas muestra la vida sana y deportiva que tiene acostumbrada a su familia.

De vez en cuando ella muestra un look más ejecutivo y elegante que arranca más de algún suspiro y comentario positivo, en especial cuando dedica tiempo a sus negocios relacionados a la belleza y la moda.