Corría el año 1986 y Luis Miguel estaba en la cima de su popularidad. Ya era la estrella que enloquecía a todas sus fanáticas y tenía a su haber varios mega éxitos y producciones con galardones de oro y platino, tal como ha quedado demostrado en la primera temporada de “Luis Miguel, la serie” en Netflix.

No obstante, ser un super ventas y el objeto de deseo de las mujeres no fue impedimento para que el periodista chileno Carlos Pinto lo hiciera caer, sin contemplaciones, en las garras de sus producidas bromas en formato “Cámara Indiscreta”.

En el marco de una visita al programa “En Vivo”, conducido por Antonio Vodanovic, el cantante fue invitado a realizar una presentación exclusiva para sus fanáticas en un estudio de Televisión Nacional de Chile, el mismo canal que transmitía Festival de Viña del Mar.

Lamentablemente una supuesta enfermedad afectó al músico, lo que obligó a retrasar su viaje desde Madrid a Santiago en dos días. Tenía que llegar un día sábado, pero llegó un lunes y, sobre la hora, para el programa.

Una vez en suelo nacional vía Lufthansa, y después de las respectivas disculpas del caso, Vodanovic recibe en el aeródromo al ídolo que venía vestido con una chaqueta de cuero y lentes de aviador, al estilo “La incondicional”.

Coludido con Carlos Pinto, en Policía Internacional comenzaron los aparentes problemas. Un funcionario de aduanas, interpretado por Marcelo Hernández de “Cachureos”, secundado por Jorge Garrido (recordado por su personaje de Juan Segura), le prohibió la entrada a Chile y le cobró una multa por destrozos y desmanes.

Sin entender mucho lo que pasaba, Luis Miguel pedía explicaciones. Marcelo, empoderado como autoridad, le dice que dos días antes, el día de su fallida llegada a Chile, un grupo de fanáticas quebró vidrios y rompió las instalaciones del recinto de pura frustración, por lo que no podía ingresar al país si no pagaba la onerosa suma.

Un millón 600 mil pesos para la época, equivalente a 8.000 dólares, era el monto. El cantante, nervioso y en aprietos, no sólo dice que la situación es injusta, sino que no tenía dinero para pagar. Incluso Marcelo, en un momento para poner más incómodo al cantante, le ofrece amablemente un chicle (goma de mascar).

Para que la situación no pasara a mayores, al final Antonio Vodanovic decide intervenir y paga ficticiamente él mismo la multa. Posteriormente en el programa “En Vivo”, le mostraron la grabación a Luis Miguel y le confesaron que era una broma para el programa.

Después del trago amargo, el artista alabó la magistral actuación de Carlos Pinto y Marcelo y se relajó, lo que dejó de manifiesto en el resto del programa, donde hizo alarde a toda su sensualidad adolescente para dar rienda suelta al frenesí de sus seguidoras chilenas.

Una visita clave

Más allá del humor de la situación, ahora se conoció una arista distinta de ese incidente. Versiones no comprobadas indican que, paralelo a ese viaje que Luis Miguel realizó a Chile en agosto, en Madrid se estaba fraguando la misteriosa desaparición de su madre Marcela Basteri.

Conforme a cómo se ha ido revelando la historia en televisión, el “Sol de México” acordó reunirse en nuestro país con su madre, pero ella nunca llegó a pisar suelo nacional. Esa sería la última vez que ambos se vieron.

En las imágenes se puede ver que Luis Miguel llegó solo a Chile, acompañado de su guardaespaldas, mientras que su padre Luisito Rey se reunía con Basteri en la Madre Patria “arreglando asuntos importantes”, los cuales se han ido revelando lentamente.

Se especula que dichas elucubraciones podrían ser comprobadas en el capítulo final de la primera temporada de la exitosa serie de Netflix, el cual tiene como nombre “Marcela”.

Acá puedes ver un extracto de la broma:

Esta es la presentación completa de Luis Miguel en el programa: