Experta aborda la importancia del respeto a la hipersensibilidad auditiva en estudiantes autistas en el aula

Académica de Fonoaudiología enfatiza sobre la necesidad de adaptar el entorno escolar y sensibilizar a la comunidad educativa.

Guía de: Inclusión

Con el fin de ir robusteciendo la educación inclusiva y consciente, resulta indispensable promover el respeto y la comprensión hacía los niños y niñas autistas con hipersensibilidad auditiva en las aulas escolares.

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Claudia Figueroa, académica de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad Andrés Bello, explica que “en niños neurodivergentes, como aquellos dentro del espectro autista o con trastorno por déficit atencional, la integración sensorial puede verse alterada. Esto implica que el procesamiento de estímulos provenientes no solo de los sentidos tradicionales, sino también del sistema vestibular y propioceptivo, responsables del equilibrio, orientación espacial y percepción del cuerpo, puede ser diferente y, en muchos casos, desorganizado”.

Efectos adversos
Los niños y niñas autistas pueden evidenciar respuestas extremas o disruptivas ante estímulos que para otros niños pasan desapercibidos. La docente señala que “más allá de la intensidad objetiva del estímulo, lo que afecta es la forma en que este se organiza cognitivamente, lo cual puede generar malestar significativo, desregulación emocional o incluso respuestas conductuales inesperadas”.

Claudia Figueroa

En ese marco, Figueroa destaca la importancia de una caracterización terapéutica individual, utilizando instrumentos adecuados que permitan entender cómo cada sentido puede estar comprometido. Esta evaluación es clave para implementar estrategias de apoyo que permitan a los estudiantes autistas desenvolverse con mayor comodidad y seguridad en el entorno educativo.

Recomendaciones
Entre las recomendaciones entregadas por la especialista se incluyen el uso de protectores auditivos, la habilitación de espacios dentro del aula con menor estímulo sensorial, y la implementación de paneles o fichas que monitoreen los niveles de ruido o luz en la sala de clases. “Estas medidas pueden beneficiar no solo a los menores con hipersensibilidad, sino también favorecer un entorno de aprendizaje más armónico para todos los estudiantes”, destaca.

Asimismo, la fonoaudióloga subraya la importancia de involucrar a la comunidad escolar en procesos de sensibilización y educación sobre hábitos perceptivos saludables, incluyendo el nivel de ruido, la saturación motora en los recreos, o la disposición del mobiliario. “Reconocer junto al menor las instancias que generan displacer permite establecer rutinas más saludables e inclusivas”, concluye.

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