Fabiola Chávez relata cómo su hermano con síndrome de Down es su gran partner y compañero

Esta mujer de 37 años describe su relación con Rodrigo como “de complicidad y aprendizaje mutuo".

Guía de: Inclusión

Hay muchos ejemplos en que el amor de hermanos supera toda barrera, que es incondicional y que son compañeros de vida. Así relata su experiencia Fabiola Chávez, administrativa de 37 años que vive en Iquique.

Pese a la distancia, Fabiola tiene una relación que ella misma califica como “de complicidad y aprendizaje mutuo” con Rodrigo, su hermano que nació con síndrome de Down, un joven de 21 años, delgado, atractivo, deportista y bailarín de zumba.

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Desde el norte, Fabiola relata a Guioteca su experiencia con “Rorro” –quien vive con su madre y abuela en Peñaflor-, sus risas, viajes y cómo se proyectan a futuro.

Muchos papás temen que una vez que ellos no estén, los hijos con SD se transformen en una carga para sus hermanos ¿Cuál es tu visión sobre ese tema?
Dada nuestra diferencia de edad, he sido súper mamá con él. Nunca lo he visto como una carga. Siempre me he visualizado con él, cada uno con su independencia pero juntos como cualquier hermano apoyaría a otro. De hecho mi sueño es que trabajemos juntos y sé que seriamos un tremendo equipo.

¿Cómo definirías a tu hermano?
Es noble, divertido, alegre, educado, buen amigo, enamoradizo, porfiado, sabe las cosas que le gustan y las que no. Tiene carácter, decisión y nunca tiene miedo.

Cómo hermana ¿Cuál crees que ha sido tu ayuda o aporte en el desarrollo de tu hermano?
Luchar por su desarrollo e independencia, ha sido muy difícil hacer ver a mi madre que él debe ser autónomo.

Al parecer son bien partner…
Síi! Cuando Rodrigo nació, yo era hija única (aunque tengo 2 hermanas por parte de papá, pero hasta ese minuto no tenía contacto con ellas). Mi mamá supo a los 5 meses que estaba embarazada y cuando me dijo, fue una alegría demasiado grande. ¡Tendría un hermano, por primera vez! Preparé cosas para su nacimiento, le compraba cosas, juguetes, ropa, lo crié, siempre estuvimos juntos, aunque yo vivo en otra ciudad ahora. Ese amor infinito fue desde el primer día, sin saber que él tenía síndrome de Down. Era el único niño de la casa y yo volví a ser niña con él, a jugar, a pasarlo bien, por eso creo que somos tan partner. Él puede ser como es y yo también.

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¿Viajan juntos?
Sí. Hemos viajados solos y en familia. Él siempre quiero conocer lugares y andar en avión. Olvidé comentar que me hice un tatuaje con su nombre y, obviamente, él también quiere uno.

¿Alguna anécdota de un viaje?
En una oportunidad fuimos a Valdivia. Él aprende su rutina y le cuesta salir de ella. Veníamos de regreso y en control para pasar al avión, le sonó el detector de metales. Entonces, se tenía que sacar los zapatos y el cinturón. Nadie logró convencer que lo hiciera. Yo le decía: “Rorro, la señorita te lo está pidiendo” y él me repetía: “No, no, eso no se hace”. Al final, la señorita lo hizo pasar amablemente.

¿Cómo imaginas a tu hermano en el futuro?
Independiente y haciendo lo que le gusta. Lo visualizo con una pareja, disfrutando de la vida, quizás viajando, o bailando. Lo veo feliz como siempre pero autónomo.

¿Qué opinas de la Inclusión en Chile?
Estamos años luz de hablar de inclusión, faltan herramientas, educación y creer en las personas con síndrome de Down.

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